Fuente y comentarios en inglés: http://benjaminfulford.net/2015/02/02/why-a-future-planning-agency/
Cuando llegué por primera vez a Japón en 1980 me quedé
sorprendido de ver peces nadando en los ríos en el centro de Tokio. El Japón de
la década de 1980 era, para muchos estándares, la nación más avanzada en la
Tierra. En 1985, después de décadas de crecer económicamente como la espuma,
tenía el mayor ingreso per cápita de la Tierra, la menor brecha entre ricos y
pobres de cualquier país desarrollado y un entorno natural muy saludable.
También era la mayor nación acreedora en la Tierra, tras suministrar coches,
electrónica y otros bienes al resto del planeta, a menudo a cambio de pagarés.
Una de las razones por las que elegí Japón para ir a
la universidad era estudiar el sistema que había hecho posible este milagro.
Funcionaba así: el gobierno de Japón estaba dirigido por una combinación de los
burócratas de gran talento, industriales y políticos con profundas raíces en
sus distritos electorales locales. Ellos presidieron un sistema que era una
combinación de la planificación central, el capitalismo de libre mercado y el
socialismo.
En la cúspide del sistema había una organización
conocida como la Agencia de Planificación Económica. Estaba dirigida por un
grupo de unos 30 miembros de la élite burocrática, industrial, académica y
política en el poder. Ellos sacaban un plan de 5 años para el país. Los
políticos tenían que explicar con detalle lo que deseaban sus electores. Los
burócratas explicaban exactamente cuánto dinero había disponible para
satisfacer de manera realista sus deseos. Los industriales explicaban lo que
podría hacerse de manera rentable para contribuir al plan. El país en su
conjunto también tenía una misión: alcanzar y superar a Occidente.
El sistema no era como la planificación central de las
economías estalinistas, donde se planificó incluso cosas como la cantidad de
pasta de dientes, ya que se basaba en las fuerzas del mercado.
El plan podía, por ejemplo, pedir que se duplicaran la
cantidad de caminos, alcantarillas y las instalaciones portuarias durante un
período de 5 años, y se asignaría el dinero para esto. Sin embargo, eran las
empresas privadas las que pujaban por el trabajo real. Por otra parte, las
empresas son libres de llevar a cabo sus propias actividades independientes sin
importar el plan más grande.
Los únicos países que tenían sistemas sin duda tan
buenos como el viejo sistema japonés fueron los países escandinavos, Alemania y
Canadá.
En 1985, el gobierno de Estados Unidos se dedicó a
destruir este sistema a partir de lo que sólo puedo describir como celos y el
miedo a ser sobrepasado. George Bush padre, entonces vicepresidente, ordenó a
Japón que desmantelara este sistema y entregase el control económico a los
oligarcas norteamericanos (gángsteres). Cuando los japoneses se negaron, ellos
derribaron el vuelo 123 de Japan Airlines el 12 de agosto de 1985. El 22 de
septiembre de 1985, Japón firmó el Acuerdo del Plaza, que marcó el comienzo de
la destrucción sistemática del sistema económico japonés. Desde entonces, la
economía de Japón ha sido saqueada por una suma de alrededor de 5 billones de
dólares por oligarcas mafiosos americanos y europeos.
El sistema que creó el milagro japonés no era de
ninguna manera perfecto. Un defecto era el sistema de jubilación anticipada
forzosa de burócratas mal pagados. Esto significaba que los burócratas, en
lugar de pensar en el bien de su país, tenían un interés en ganarse el favor de
las empresas que regulaban a cambio de puestos de trabajo de post-jubilación
anticipada chollo. El otro problema era el sistema de empleo de por vida. Si
bien esto hizo crear lealtad de los empleados a las empresas, también era un sistema
feudal que hizo casi imposible que la gente cambiase de trabajo. El sistema
político también estaba sesgada radicalmente a favor de los ciudadanos rurales
y en contra de los residentes urbanos.
Singapur, a día de hoy, cuenta con un sistema mejor,
donde los burócratas no están obligados a jubilarse anticipadamente y se les
paga tanto como a sus contra-partes del sector privado. Es por eso que Singapur
sigue subiendo como la espuma hasta el día de hoy.
En cualquier caso, la China de Deng Xiaoping estudió
cuidadosamente los sistemas de Japón y Singapur y los adoptó a China. Esa es
una de las principales razones de gran auge económico de China.
Occidente haría bien en crear su propia versión
mejorada de este sistema. Es por eso que vengo proponiendo la creación de una
agencia de planificación futura. Esto es diferente de la Sociedad del Drqagón Blanco, que insiste mucho en acabar con la
pobreza, detener la destrucción del medio ambiente y la ampliación de la vida
terrestre de manera exponencial en el universo. Esto es simplemente una
propuesta personal, basado en 30 años de experiencia como periodista de
geopolítica.
La agencia de planificación futura que propongo
tendría una financiación inicial de 7 billones de dólares. Esa es la cantidad
de dinero que los japoneses han ganado legítimamente desde la Segunda Guerra
Mundial. Está basada en los coches, la electrónica y otras cosas reales
enviadas al resto del mundo. Esto es diferente del oro cuidadosamente acumulado
en cuevas durante milenios por las familias dinásticas asiáticas o de números
fantásticos puestos en computadoras por banqueros occidentales. Se basa en la
producción real.
La agencia de planificación futura existiría en
armonía con las instituciones existentes y no para sustituirlas. Reclutaría
algunos de los mejores cerebros de todo el mundo en los ámbitos del gobierno,
las empresas, el mundo académico, etc. Su tarea sería la de estudiar y hacer
realidad los deseos de la población del planeta, tal como se expresa a través
de las encuestas de Internet y de opinión.
He aquí algunos ejemplos posibles de lo que tal
agencia podría lograr. En primer lugar, sería aceptar las ofertas y planes para
una campaña masiva para convertir los desiertos en vergeles. Se posibilitaría
que muchos planes que compiten saliesen adelante y aquellos que tuviesen éxito
serían copiados y mejorados. Tal esfuerzo podría duplicar la cantidad de tierra
disponible para la agricultura y las reservas naturales.
En el caso de los océanos, la agencia podría contratar
a las marinas del mundo para detener la pesca excesiva insostenible que está
destruyendo los ecosistemas oceánicos. Dentro de 5 años debería ser posible
aumentar la cantidad de pescado en 10 veces. Alimentar el océano con nutrientes
puede hacer que sea posible aumentar esto hasta 100 veces.
Otro proyecto que podría supervisar sería hacer que
todos los niños en la tierra estén bien alimentados y educados. Los cerebros
humanos son el recurso más insuficientemente utilizado en el planeta. Permitir
que todas esas mentes jóvenes alcancen su pleno potencial desencadenaría
maravillas que ni siquiera podemos imaginar en la actualidad.
Estos son sólo ideas destinadas a formar un punto de
partida para un debate sobre qué tipo de sistema podríamos crear para
permitirnos navegar con éxito en el futuro. No es un plan final. Tampoco se
trata de un plan para un gobierno mundial único central. Muchos corporaciones,
gobiernos, organizaciones benéficas, fundaciones, etc. que ahora compiten
podrían trabajar en armonía en la futura agencia de planificación.
En cualquier caso, echemos un vistazo a lo que tenemos
ahora en Occidente. El sistema de capitalismo sin restricciones se basa en el
“afán de lucro”, que es una manera elegante de decir la codicia humana. Se ha
creado un agujero negro absorbiendo todos los recursos y la riqueza del mundo
en las manos de una pequeña élite rapaz. Pasan los ahorros del mundo en un
complejo militar industrial destinada a preservar su poder.
Traductora: victoriakent33
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