Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes
RED VOLTAIRE | NUEVA YORK (EE.UU.) | 19 DE SEPTIEMBRE DE
2016
Esta declaración se cerrará la cumbre de la ONU con más de 100 jefes
de Estado y de Gobierno, el 19 de septiembre el año 2016; cumbre que será
seguido por otro organizado por la Casa Blanca.
El Representante Especial para la Migración Internacional y el
Desarrollo, Peter Sutherland, da instrucciones a "su" secretario
general Ban Ki-moon.
Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno y altos representantes,
reunidos en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York el 19 de septiembre de
2016 para examinar la cuestión de los grandes desplazamientos de refugiados y
migrantes, hemos aprobado la siguiente declaración política:
1. Introducción
1. La humanidad ha estado en movimiento desde los tiempos más
antiguos. Algunas personas se desplazan en busca de nuevas oportunidades
económicas y nuevos horizontes. Otras lo hacen para escapar de los conflictos
armados, la pobreza, la inseguridad alimentaria, la persecución, el terrorismo
o las violaciones y los abusos de los derechos humanos. Hay otras personas que
se desplazan por los efectos adversos del cambio climático o de desastres
naturales (algunos de los cuales pueden estar vinculados al cambio climático) u
otros factores ambientales. Muchos se trasladan, de hecho, debido a varios de
esos motivos.
2. Hemos examinado hoy la mejor manera en que la comunidad
internacional debe responder al creciente fenómeno mundial de los grandes
desplazamientos de refugiados y migrantes.
3. En la actualidad, estamos en presencia de una movilidad humana que
ha alcanzado un nivel sin precedentes. Más personas que nunca viven un país
distinto de aquel donde nacieron. En todos los países del mundo hay migrantes
que, en su mayoría, se trasladan de un lugar a otro sin incidentes. El número
de migrantes crece a un ritmo más rápido que el de la población mundial, y en
2015 ascendió a más de 244 millones. Sin embargo, hay aproximadamente 65
millones de personas desplazadas por la fuerza, entre ellas más de 21 millones
de refugiados, 3 millones de solicitantes de asilo y más de 40 millones de
desplazados internos.
4. Al aprobar hace un año la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
, reconocimos claramente la contribución positiva de los migrantes al
crecimiento inclusivo y al desarrollo sostenible. Nuestro mundo es un mundo
mejor gracias a esa contribución. Los beneficios y las oportunidades que ofrece
la migración segura, ordenada y regular son considerables y a menudo se subestiman.
En cambio, el desplazamiento forzoso y la migración irregular de personas en
grandes movimientos suelen plantear problemas complejos.
5. Reafirmamos los propósitos y principios de la Carta de las Naciones
Unidas. Reafirmamos también la Declaración Universal de Derechos Humanos y
recordamos los principales tratados internacionales de derechos humanos.
Reafirmamos, y protegeremos plenamente, los derechos humanos de todos los
refugiados y migrantes, independientemente de su condición; todos son titulares
de derechos. En nuestra respuesta respetaremos plenamente el derecho
internacional y el derecho internacional de los derechos humanos y, cuando
proceda, el derecho internacional de los refugiados y el derecho internacional
humanitario.
6. Aunque el trato que se les dispensa se rige por marcos jurídicos
separados, los refugiados y los migrantes tienen los mismos derechos humanos
universales y libertades fundamentales. Afrontan también muchos problemas
comunes y tienen vulnerabilidades similares, incluso en el contexto de los
grandes desplazamientos. Cabe entender que el término “ grandes
desplazamientos” refleja una serie de consideraciones, entre ellas las
siguientes: el número de personas que llegan; el contexto económico, social y
geográfico; la capacidad de respuesta del Estado receptor; y las repercusiones
de un desplazamiento de carácter repentino o prolongado. El término no abarca,
por ejemplo, las corrientes habituales de migrantes de un país a otro. En los “
grandes desplazamientos” pueden darse corrientes mezcladas, integradas por
refugiados o migrantes que se trasladan por motivos diferentes, pero que pueden
seguir rutas similares.
7. Los grandes movimientos de refugiados y migrantes tienen
ramificaciones políticas, económicas, sociales y humanitarias y para el
desarrollo y los derechos humanos que traspasan todas las fronteras. Se trata
de fenómenos mundiales que exigen enfoques y soluciones mundiales. Ningún
Estado puede por sí solo gestionar esos desplazamientos. Los países vecinos o
los de tránsito, en su mayoría países en desarrollo, son afectados de manera
desproporcionada y, en muchos casos, su capacidad se ha visto seriamente
desbordada, lo que afecta la cohesión social y económica y el desarrollo
propios. Además, las crisis de refugiados prolongadas se han vuelto habituales
y tienen repercusiones a largo plazo para los propios afectados y para los
países y las comunidades que los acogen. Se necesita una mayor cooperación
internacional para ayudar a los países y las comunidades de acogida.
8. Expresamos nuestra profunda solidaridad y apoyo a los millones de
personas que, en diferentes partes del mundo, por motivos que escapan a su
control, se ven obligados a desarraigarse y, junto con sus familias, a
abandonar sus hogares.
9. Los refugiados y los migrantes involucrados en grandes movimientos
de personas a menudo enfrentan un calvario desesperado. Muchos corren grandes
riesgos al emprender viajes peligrosos a los que tal vez no sobrevivirán.
Algunos se ven obligados a emplear los servicios de grupos delictivos,
incluidos los traficantes de personas, y otros pueden caer en manos de esos
grupos o convertirse en víctimas de la trata. Incluso después de llegar a su
destino, les espera un recibimiento y un futuro inciertos.
10. Estamos decididos a salvar vidas. El desafío que enfrentamos es,
ante todo, moral y humanitario. Estamos decididos también a encontrar
soluciones de largo plazo y sostenibles. Lucharemos con todos los medios a
nuestro alcance contra los abusos y la explotación que sufre el incontable
número de refugiados y migrantes que se encuentran en situación vulnerable.
11. Reconocemos que compartimos la responsabilidad de gestionar los
grandes desplazamientos de refugiados y migrantes de manera humana, respetuosa,
compasiva y centrada en las personas. Acometeremos esa tarea mediante la
cooperación internacional, reconociendo al mismo tiempo que hay capacidades y
recursos diversos para responder a esos movimientos. La cooperación
internacional y, en particular, la cooperación entre los países de origen o
nacionalidad, de tránsito y de destino, es ahora más importante que nunca; en
este ámbito, una cooperación en la que todos salen ganando reporta beneficios
considerables para la humanidad. Los grandes desplazamientos de refugiados y
los migrantes requieren un apoyo amplio en materia de políticas, asistencia y
protección, en consonancia con las obligaciones que incumben a los Estados en
virtud del derecho internacional. Recordamos también nuestra obligación de
respetar plenamente sus derechos humanos y libertades fundamentales y
destacamos que necesitan vivir su vida en condiciones de seguridad y dignidad.
Nos comprometemos a apoyar a las personas afectadas actualmente, así como a
quienes formarán parte de grandes desplazamientos en el futuro.
12. Estamos decididos a abordar las causas profundas de los grandes
desplazamientos de refugiados y migrantes, e incluso a intensificar las
gestiones para prevenir las situaciones de crisis en las etapas iniciales,
sobre la base de la diplomacia preventiva. También haremos frente a esas causas
mediante la prevención y la solución pacífica de los conflictos, una mayor
coordinación de las actividades de asistencia humanitaria, desarrollo y
consolidación de la paz, la promoción del estado de derecho en los planos
nacional e internacional y la protección de los derechos humanos. De manera
análoga, nos ocuparemos de los desplazamientos causados por la pobreza, la
inestabilidad, la marginación y la exclusión y la falta de oportunidades
económicas y de desarrollo, prestando especial atención a las poblaciones más
vulnerables. Trabajaremos con los países de origen para reforzar su capacidad.
13. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos. Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de
su personalidad jurídica. Recordamos nuestras obligaciones, contraídas en
virtud del derecho internacional, que prohíben todo tipo de discriminación por
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier
otra condición social. Sin embargo, en muchas partes del mundo observamos, con
gran preocupación, respuestas cada vez más xenófobas y racistas ante los
refugiados y los migrantes.
14. Condenamos enérgicamente los actos y las manifestaciones de
racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia
contra los refugiados y los migrantes, así como los estereotipos que se les
suelen aplicar, especialmente los basados en la religión o las creencias. La
diversidad enriquece a todas las sociedades y contribuye a la cohesión social.
La demonización de los refugiados o migrantes atenta gravemente contra los
valores de dignidad e igualdad de todos los seres humanos que hemos prometido defender.
Reunidos hoy en las Naciones Unidas, el lugar donde nacieron y se custodian
esos valores universales, lamentamos todas las manifestaciones de xenofobia,
discriminación racial e intolerancia. Adoptaremos una serie de medidas para
contrarrestar esas actitudes y comportamientos, en particular con respecto a
los delitos motivados por los prejuicios, el discurso de odio y la violencia
racial. Acogemos con beneplácito la campaña mundial de lucha contra la
xenofobia propuesta por el Secretario General y la llevaremos adelante en
cooperación con las Naciones Unidas y todos los interesados pertinentes, de
conformidad con el derecho internacional. La campaña pondrá de relieve, entre
otras cosas, el contacto directo y personal entre las comunidades de acogida y
los refugiados y migrantes y resaltará las contribuciones positivas de estos
últimos, así como nuestra humanidad común.
15. Invitamos al sector privado y a la sociedad civil, incluidas las
organizaciones de refugiados y migrantes, a que participen en alianzas de
múltiples interesados para apoyar los esfuerzos por cumplir los compromisos que
asumimos hoy día.
16. En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, prometimos que
nadie se quedaría atrás. Declaramos que deseábamos ver cumplidos los Objetivos
de Desarrollo Sostenibles y sus metas para todas las naciones y los pueblos y
para todos los sectores de la sociedad. Afirmamos también que nos esforzaríamos
por llegar primero a los más rezagados. Reafirmamos hoy los compromisos
relacionados con las necesidades específicas de los migrantes o refugiados. En
la Agenda 2030 se plantea claramente, entre otras cosas, que facilitaremos la
migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las
personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas
y bien gestionadas. Las necesidades de los refugiados, los desplazados internos
y los migrantes se reconocen expresamente.
17. La implementación de todas las disposiciones pertinentes de la
Agenda 2030 permitirá reforzar la contribución positiva que hacen los migrantes
al desarrollo sostenible. Al mismo tiempo, se podrán encarar muchas de las
causas fundamentales de los desplazamientos forzosos, lo que ayudará a crear
condiciones más favorables en los países de origen. Al reunirnos hoy, un año
después de la aprobación de la Agenda 2030, afirmamos que estamos decididos a
aprovechar todo el pleno de la Agenda en favor de los refugiados y los
migrantes.
18. Recordamos el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de
Desastres 2015-2030 y sus recomendaciones sobre las medidas para mitigar los
riesgos asociados a los desastres. Los Estados que han firmado y ratificado el
Acuerdo de París en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre
el Cambio Climático acogen con beneplácito ese acuerdo y están comprometidos
con su aplicación. Reafirmamos la Agenda de Acción de Addis Abeba de la Tercera
Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo , incluidas
las disposiciones que se aplican a los refugiados y los migrantes.
19. Tomamos nota del informe del Secretario General, titulado “ En
condiciones de seguridad y dignidad: respuesta a los grandes desplazamientos de
refugiados y migrantes” , preparado en cumplimiento de la decisión 70/539 de la
Asamblea General, como parte de los preparativos de esta reunión de alto nivel.
Si bien reconocemos que las conferencias siguientes concluyeron sin resultados
acordados a nivel intergubernamental o tuvieron alcance regional, tomamos nota
de la Cumbre Humanitaria Mundial, celebrada en Estambul (Turquía) los días 23 y
24 de mayo de 2016, la reunión de alto nivel sobre las cuestiones de la
responsabilidad compartida de todos los países y las vías de admisión de
refugiados sirios, convocada por el Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados y celebrada el 30 de marzo de 2016, la
Conferencia de Apoyo a Siria y la Región, celebrada en Londres el 4 de febrero
de 2016, y la conferencia sobre promesas de contribuciones para los refugiados
somalíes, celebrada en Bruselas el 21 de octubre de 2015. Si bien reconocemos
que las iniciativas siguientes tienen carácter regional y se aplican únicamente
a los países que participan en ellas, tomamos nota de iniciativas regionales
como el Proceso de Bali sobre el Tráfico Ilícito de Migrantes, la Trata de
Personas y los Delitos Transnacionales Conexos, la Iniciativa de la Unión
Europea y el Cuerno de África sobre Rutas Migratorias y la Iniciativa de la
Unión Africana y el Cuerno de África sobre el Tráfico Ilícito de Migrantes y la
Trata de Personas (el proceso de Jartum), el Proceso de Rabat, el Plan de
Acción de La Valetta y la Declaración y Plan de Acción del Brasil.
20. Reconocemos el gran número de personas desplazadas dentro de las
fronteras nacionales y la posibilidad de que esas personas soliciten protección
y asistencia en otros países como refugiados o migrantes. Observamos que es
necesario reflexionar sobre estrategias eficaces para garantizar de manera
apropiada la prestación de asistencia a los desplazados internos y su
protección y para prevenir y reducir esos desplazamientos.
Compromisos
21. Hemos aprobado hoy una serie de compromisos que se aplican tanto a
los refugiados como a los migrantes, así como conjuntos separados de
compromisos con respecto a los refugiados y los migrantes. Al asumirlos,
tenemos en cuenta las distintas realidades, capacidades y niveles de desarrollo
nacionales y respetamos las políticas y prioridades de cada país. Reafirmamos
nuestra adhesión al derecho internacional y ponemos de relieve que la presente
declaración y sus apéndices habrán de aplicarse de manera compatible con los
derechos y las obligaciones de los Estados en virtud del derecho internacional.
Aunque algunos compromisos se aplican principalmente a un grupo, también pueden
ser aplicables al otro grupo. Además, si bien todos los compromisos están
enmarcados en el contexto de los grandes desplazamientos que examinamos hoy,
muchos pueden aplicarse también a la migración regular. En el apéndice I de la
presente declaración figura un marco de respuesta integral para los refugiados
y se esbozan los pasos necesarios para concertar en 2018 un pacto mundial sobre
la cuestión de los refugiados, mientras que en el apéndice II se establecen
medidas para concertar en 2018 un pacto mundial para la migración segura,
ordenada y regular.
II. Compromisos que se aplican tanto a los refugiados como a los
migrantes
22. Subrayando la importancia de adoptar un enfoque integral de las
cuestiones pertinentes, garantizaremos que se dé a todas las personas que
llegan a nuestros países, en particular las que formen parte de grandes
movimientos, ya sean refugiados o migrantes, una acogida rápida, respetuosa,
humana y digna, que se centre en las personas y tenga en cuenta las cuestiones
de género. Garantizaremos también el pleno respeto y la protección de sus
derechos humanos y libertades fundamentales.
23. Reconocemos, y las atenderemos de conformidad con las obligaciones
que nos incumben en virtud del derecho internacional, las necesidades
especiales de todas las personas que se encuentran en situación vulnerable y
que viajan durante los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes, como
las mujeres en situación de riesgo, los niños, especialmente los menores no
acompañados o separados de sus familias, los miembros de minorías étnicas y
religiosas, las víctimas de la violencia, las personas de edad, las personas
con discapacidad, las personas que son objeto de discriminación, por el motivo
que sea, los pueblos indígenas, las víctimas de la trata de personas, y las
víctimas de la explotación y los abusos cometidos en el contexto del tráfico
ilícito de migrantes.
24. Reconociendo que los Estados tienen derechos y responsabilidades
en la gestión y el control de sus fronteras, aplicaremos procedimientos de control
de fronteras que sean conformes con las obligaciones aplicables en virtud del
derecho internacional, incluido el derecho internacional de los derechos
humanos y el derecho internacional de los refugiados. Promoveremos la
cooperación internacional en materia de gestión y control de las fronteras como
un elemento importante de la seguridad de los Estados, incluidas las cuestiones
relativas a la lucha contra la delincuencia organizada transnacional, el
terrorismo y el comercio ilícito. Velaremos por que los funcionarios públicos y
los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que trabajan en las zonas
fronterizas estén capacitados para respetar los derechos humanos de todas las
personas que cruzan o tratan de cruzar las fronteras internacionales. Fortaleceremos
la cooperación internacional en la gestión de las fronteras, incluso en lo que
respecta a la capacitación y el intercambio de las mejores prácticas.
Intensificaremos el apoyo en ese ámbito y contribuiremos al desarrollo de la
capacidad, según proceda. Reafirmamos que, de conformidad con el principio de
no devolución, las personas no deben ser devueltas a las fronteras. Reconocemos
también que los Estados, al tiempo que respetan esas obligaciones y principios,
tienen derecho a tomar medidas para impedir el cruce irregular de sus
fronteras.
25. Procuraremos reunir información precisa sobre los grandes
desplazamientos de refugiados y migrantes. Asimismo, adoptaremos medidas para
identificar correctamente sus nacionalidades y determinar las razones de su
desplazamiento. Tomaremos medidas para identificar a las personas que buscan
protección internacional en calidad de refugiados.
26. Seguiremos protegiendo los derechos humanos y las libertades
fundamentales de todas las personas en tránsito y después de su llegada.
Destacamos la importancia de atender, a su llegada, las necesidades inmediatas
de las personas que se hayan visto expuestas a malos tratos físicos o
psicológicos mientras se encontraban en tránsito, sin discriminación y con
independencia de su condición jurídica o situación migratoria o de los medios
de transporte que hayan empleado. Con ese fin, consideraremos la posibilidad de
prestar debido apoyo al desarrollo de la capacidad de los países que reciben
refugiados y migrantes en gran número y que lo soliciten.
27. Estamos decididos a hacer frente a los movimientos inseguros de
refugiados y migrantes, en particular los movimientos de refugiados y migrantes
de carácter irregular. Lo haremos sin perjuicio del derecho a solicitar asilo.
Lucharemos contra la explotación, el abuso y la discriminación que sufren
muchos refugiados y migrantes.
28. Expresamos nuestra profunda preocupación por el gran número de
personas que han perdido la vida en tránsito. Encomiamos los esfuerzos que se
han hecho para rescatar a las personas en situación de peligro en el mar. Nos
comprometemos a intensificar la cooperación internacional dirigida a fortalecer
los mecanismos de búsqueda y salvamento. Trabajaremos también por mejorar la
disponibilidad de datos exactos sobre el paradero de las personas y las
embarcaciones abandonadas a su suerte en el mar. Además, reforzaremos nuestro
apoyo a las labores de rescate en tierra a lo largo de rutas peligrosas o
aisladas, y en primer lugar destacaremos los riesgos que entraña el uso de esas
rutas.
29. Reconocemos que las mujeres y los niños son especialmente
vulnerables durante el viaje del país de origen al país de llegada y
adoptaremos medidas para encarar esas vulnerabilidades. Las mujeres y los niños
pueden verse expuestos a la discriminación y la explotación, así como al abuso
sexual y los malos tratos físicos y psicológicos, la violencia, la trata de
personas y las formas contemporáneas de esclavitud.
30. Alentamos a los Estados a que se ocupen de atender la
vulnerabilidad al VIH y las necesidades de salud específicas de las poblaciones
migrantes y móviles y de los refugiados y las poblaciones afectadas por crisis
y adopten medidas para reducir el estigma, la discriminación y la violencia, y
los alentamos también a que examinen las políticas sobre restricciones a la
entrada de personas seropositivas, con miras a eliminar esas restricciones y la
devolución de personas por su condición de seropositivas, y a que faciliten su
acceso a servicios de prevención, tratamiento, atención y apoyo en relación con
el VIH;
31. Nos aseguraremos de que en nuestras respuestas a los grandes
desplazamientos de refugiados y migrantes se incorpore la perspectiva de
género, se promuevan la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas
las mujeres y las niñas y se respeten y protejan plenamente los derechos
humanos de las mujeres y las niñas. Lucharemos en la mayor medida posible
contra la violencia sexual y la violencia por razón de género. Facilitaremos el
acceso a servicios de atención de la salud sexual y reproductiva. Combatiremos
las formas múltiples e interrelacionadas de discriminación contra las mujeres y
niñas refugiadas y migrantes. Al mismo tiempo, reconociendo la importante
contribución y el liderazgo de las mujeres en las comunidades de refugiados y
migrantes, trabajaremos para garantizar que participen de manera plena,
fructífera y en pie de igualdad en la formulación de soluciones y oportunidades
locales. Tomaremos en consideración las diferentes necesidades,
vulnerabilidades y capacidades de las mujeres, las niñas, los niños y los
hombres.
32. Protegeremos los derechos humanos y las libertades fundamentales
de todos los niños refugiados y migrantes, independientemente de su condición,
teniendo en cuenta en todo momento el interés superior del niño como
consideración principal. Esto se aplicará en particular a los niños no
acompañados y los que estén separados de sus familias; remitiremos su atención
a las autoridades nacionales de protección de la infancia y otras autoridades
competentes. Cumpliremos las obligaciones que nos incumben en virtud de la
Convención sobre los Derechos del Niño . Procuraremos proporcionar servicios
básicos de salud, educación y desarrollo psicosocial y servicios de inscripción
de todos los nacimientos en nuestros territorios. Estamos decididos a asegurar
que todos los niños estén estudiando en un plazo de unos meses después de su
llegada, y daremos prioridad a las asignaciones presupuestarias que contribuyan
a ese propósito, incluso mediante el apoyo a los países de acogida, según sea
necesario. Nos esforzaremos por brindar a los niños refugiados y migrantes un
entorno propicio para la plena realización de sus derechos y capacidades.
33. Reafirmando que todas las personas que cruzan o tratan de cruzar
las fronteras internacionales tienen derecho a las debidas garantías procesales
a la hora de evaluar su condición jurídica y de determinar si se les permite la
entrada y si están autorizados a permanecer en el país, estudiaremos la
posibilidad de revisar las políticas que penalizan los movimientos
transfronterizos. Trataremos también de emplear medidas sustitutivas de la
detención entretanto se realicen esas evaluaciones. Además, reconociendo que, a
los efectos de determinar la situación migratoria, la detención raras veces o
nunca redunda en el interés superior del niño, la utilizaremos únicamente como
medida de último recurso, en el entorno menos restrictivo, durante el período
más breve posible, en condiciones que respeten los derechos humanos de cada
niño y de manera que se tenga en cuenta como consideración primordial el
interés superior del niño, y trabajaremos para poner fin a esa práctica.
34. Reafirmando la importancia de la Convención de las Naciones Unidas
contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus dos protocolos
pertinentes , alentamos la ratificación de los instrumentos internacionales
sobre la prevención y lucha contra la trata de personas y el tráfico ilícito de
migrantes, la adhesión a ellos y su aplicación.
35. Reconocemos que los refugiados y los migrantes que forman parte de
grandes movimientos corren un mayor riesgo de ser víctimas de la trata y de ser
sometidos a trabajo forzoso. Combatiremos enérgicamente la trata de personas y
el tráfico ilícito de migrantes con miras a su eliminación, incluso medidas
selectivas encaminadas a identificar a las víctimas de la trata o las personas
que corran el riesgo de serlo, garantizando el pleno respeto de las
obligaciones que nos impone el derecho internacional. Prestaremos apoyo a las
víctimas de la trata de personas. Trabajaremos para prevenir la trata de
personas entre los desplazados.
36. Con miras a desarticular y eliminar las redes delictivas
involucradas en esos actos, examinaremos nuestra legislación nacional para
garantizar que sea conforme con las obligaciones que nos impone el derecho
internacional en lo tocante al tráfico ilícito de migrantes, la trata de
personas y la seguridad marítima. Pondremos en práctica el Plan de Acción
Mundial de las Naciones Unidas para Combatir la Trata de Personas .
Estableceremos o mejoraremos, según proceda, las políticas nacionales y
regionales de lucha contra la trata de personas. Tomamos nota de iniciativas
regionales como la Iniciativa de la Unión Africana y el Cuerno de África sobre
el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas, el Plan de Acción
contra la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños, de la Asociación de
Naciones del Asia Sudoriental, la Estrategia de la Unión Europea para la
erradicación de la trata de seres humanos 2012-2016, y los planes de trabajo
para combatir la trata de personas en el hemisferio occidental. Acogemos con
satisfacción el fortalecimiento de la cooperación técnica en los planos
regional y bilateral entre los países de origen, tránsito y destino para
prevenir la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes y procesar a
los tratantes y contrabandistas.
37. Somos partidarios de que se adopte un enfoque que aborde los
factores determinantes y las causas profundas de los grandes desplazamientos de
refugiados y migrantes, incluidos los desplazamientos forzosos y las crisis
prolongadas, para, entre otras cosas, reducir la vulnerabilidad, combatir la
pobreza, mejorar la autosuficiencia y la resiliencia, reforzar el nexo entre
las cuestiones humanitarias y el desarrollo y mejorar la coordinación con las
actividades de consolidación de la paz. Todo ello implicará coordinar las
respuestas priorizadas a partir de una evaluación conjunta e imparcial de las
necesidades y facilitar la cooperación entre los mandatos institucionales.
38. Adoptaremos medidas para proporcionar, sobre la base de la
cooperación bilateral, regional e internacional, financiación para la
asistencia humanitaria que sea suficiente, flexible, previsible y sistemática,
para que los países y las comunidades de acogida puedan responder a las
necesidades humanitarias inmediatas y a sus necesidades de desarrollo a más
largo plazo. Es preciso subsanar los déficits de financiación para las
actividades humanitarias, considerando la posibilidad de recurrir, según
corresponda, a recursos adicionales. En ese sentido, esperamos que se
establezca una cooperación estrecha entre los Estados Miembros, las entidades
de las Naciones Unidas y otros agentes y entre las Naciones Unidas y las
instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, cuando
proceda. Aspiramos a contar con sistemas de financiación innovadores,
instrumentos de financiación del riesgo para las comunidades afectadas y otras
ganancias en eficiencia, como reducir los gastos de gestión, mejorar la
transparencia, emplear cada vez más al personal de respuesta nacional, ampliar
el uso de la asistencia en efectivo, reducir la duplicación, aumentar la
colaboración con los beneficiarios, disminuir la asignación de fondos para
fines específicos y armonizar la presentación de informes, a fin de garantizar
un uso más eficaz de los recursos existentes.
39. Nos comprometemos a combatir la xenofobia, el racismo y la
discriminación contra los refugiados y migrantes en nuestras sociedades.
Tomaremos medidas para mejorar su integración e inclusión, según proceda,
teniendo en cuenta en particular el acceso a la educación, la atención de la salud,
la justicia y la enseñanza de idiomas. Reconocemos que estas medidas reducirán
el riesgo de marginación y radicalización. La formulación de políticas
nacionales relativas a la integración y la inclusión se realizará, según
corresponda, junto con las organizaciones pertinentes de la sociedad civil,
incluidas las organizaciones confesionales, el sector privado, las
organizaciones de empleadores y trabajadores y otros interesados. Hacemos notar
también que los refugiados y los migrantes tienen la obligación de respetar las
leyes y los reglamentos de los países que los acogen.
40. Reconocemos la importancia de mejorar la reunión de datos, en
particular por parte de las autoridades nacionales, y mejoraremos la
cooperación internacional con ese fin, entre otras cosas mediante el desarrollo
de la capacidad, el apoyo financiero y la asistencia técnica. Esos datos deben
ser desglosados por sexo y edad y deben incluir información sobre las
corrientes regulares e irregulares, los efectos económicos de la migración y
los movimientos de refugiados, la trata de personas, las necesidades de los
refugiados, los migrantes y las comunidades de acogida y otras cuestiones.
Realizaremos esa labor de conformidad con nuestras leyes nacionales de
protección de datos, si fuera pertinente, y nuestras obligaciones
internacionales relativas a la privacidad, según proceda.
III. Compromisos en relación con los migrantes
41. Asumimos el compromiso de proteger la seguridad, la dignidad y los
derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los migrantes, sea
cual fuere su estatus migratorio, en todo momento. Cooperaremos estrechamente
para facilitar y garantizar la migración segura, ordenada y regular, incluidos
el retorno y la readmisión, teniendo en cuenta la legislación nacional.
42. Nos comprometemos a salvaguardar los derechos de las comunidades
de migrantes de nuestros países en el extranjero, a proteger sus intereses y a
prestarles ayuda, en particular mediante la protección, la asistencia y la
cooperación consulares, conforme a las normas pertinentes del derecho
internacional. Reafirmamos que toda persona tiene derecho a salir de cualquier
país, incluso el propio, y a regresar a su país. Recordamos, al mismo tiempo,
que cada Estado tiene el derecho soberano de decidir a quién admite en su
territorio, con sujeción a las obligaciones internacionales que le
correspondan. Recordamos también que los Estados deben readmitir a los
nacionales que regresan al país y velar por que sean recibidos adecuadamente y
sin dilaciones indebidas una vez que se haya confirmado su nacionalidad de
acuerdo con la legislación nacional. Tomaremos medidas para informar a los
migrantes de los diversos procesos relacionados con su llegada y estancia en
los países de tránsito, destino y retorno.
43. Nos comprometemos a atacar los factores que provocan o exacerban
los grandes desplazamientos. Analizaremos los factores que provocan o agravan
los grandes desplazamientos y responderemos a ellos, incluso en los países de
origen. Cooperaremos para crear condiciones que permitan a las comunidades y
las personas vivir en paz y prosperidad en su patria. La migración debe ser una
opción, no una necesidad. Tomaremos medidas que tengan por fin, entre otros,
implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, entre cuyos objetivos
se cuentan los de erradicar la pobreza extrema y la desigualdad, revitalizar la
Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible, promover sociedades pacíficas e
inclusivas fundadas en el estado de derecho y el derecho internacional de los derechos
humanos, crear las condiciones necesarias para el crecimiento económico
equilibrado, sostenible e inclusivo y el empleo, combatir la degradación del
medio ambiente y asegurar la eficacia de las respuestas a los desastres
naturales y los efectos adversos del cambio climático.
44. Reconociendo que la falta de oportunidades educativas suele ser un
factor de expulsión, especialmente para los jóvenes, nos comprometemos a
reforzar la capacidad de los países de origen, en particular la de las
instituciones educativas. Nos comprometemos también a aumentar las
oportunidades de empleo, en particular para los jóvenes, en los países de
origen. Reconocemos también los efectos que tiene la migración en el capital
humano de los países de origen.
45. Estudiaremos la posibilidad de revisar nuestras políticas de
migración con miras a estudiar sus posibles consecuencias negativas
imprevistas.
46. Reconocemos también que la migración internacional es una realidad
pluridimensional de gran pertinencia para el desarrollo de los países de
origen, tránsito y destino que exige respuestas coherentes e integrales. Los
migrantes pueden hacer contribuciones positivas y profundas al desarrollo
económico y social de las sociedades de acogida y a la creación de riqueza
mundial. Pueden ayudar a responder a las tendencias demográficas, la escasez de
mano de obra y otras dificultades que afrontan las sociedades de acogida, y
aportar nuevas aptitudes y dinamismo a la economía de esas sociedades.
Reconocemos los beneficios que genera la migración para el desarrollo de los
países de origen, entre otras cosas gracias a que las diásporas participan en
el desarrollo económico y la reconstrucción. Nos comprometeremos a reducir los
costos de la migración laboral y a promover políticas y prácticas de
contratación ética entre los países de origen y de destino. Promoveremos
transferencias más rápidas, económicas y seguras de las remesas de los
migrantes tanto en los países de origen como en los receptores, incluso
reduciendo los costos de transacción, así como una interacción más sencilla
entre las diásporas y sus respectivos países de origen. Quisiéramos que esas
contribuciones tuvieran mayor reconocimiento y, de hecho, se incrementaran en
el contexto de la implementación de la Agenda 2030.
47. Velaremos por que todos los aspectos de la migración estén
integrados en los planes mundiales, regionales y nacionales de desarrollo
sostenible y en las políticas y los programas humanitarios, de consolidación de
la paz y de derechos humanos.
48. Instamos a los Estados que no lo hayan hecho a que consideren la
posibilidad de ratificar la Convención Internacional sobre la Protección de los
Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares o de
adherirse a ella. Instamos también a los Estados que no lo hayan hecho a que
consideren la posibilidad de adherirse a los convenios de la Organización
Internacional del Trabajo al respecto, según proceda. Observamos, asimismo, que
los migrantes gozan de derechos y protección en virtud de diversas disposiciones
del derecho internacional.
49. Nos comprometemos a fortalecer la gobernanza mundial de la
migración. Por consiguiente, acogemos y respaldamos complacidos el acuerdo
orientado a estrechar la relación jurídica y de trabajo entre las Naciones
Unidas y la Organización Internacional para las Migraciones en su calidad de
organización conexa , que sus Estados Miembros consideran el organismo
principal a escala mundial en el ámbito de la migración. Esperamos con interés
la aplicación de este acuerdo, que prestará asistencia y protección a los
migrantes de manera más integral, ayudará a los Estados a resolver las
cuestiones relacionadas con la migración y promoverá una mayor coherencia entre
el ámbito de la migración y otros ámbitos de políticas conexos.
50. Ayudaremos, con imparcialidad y según las necesidades, a los
migrantes de países que atraviesan conflictos o desastres naturales,
coordinando la labor, según proceda, con las autoridades nacionales
competentes. Si bien reconocemos que no todos los Estados están participando en
ellas, hacemos notar, en este sentido, la iniciativa Migrantes en Países en
Crisis y la Agenda para la Protección de las Personas Desplazadas a través de
Fronteras en el Contexto de Desastres y Cambio Climático, aprobada en el marco
de la Iniciativa Nansen.
51. Tomamos nota de la labor realizada por el Grupo Mundial sobre
Migración con el fin de elaborar principios y orientaciones prácticas sobre la
protección de los derechos humanos de los migrantes en situaciones de
vulnerabilidad.
52. Estudiaremos la posibilidad de elaborar principios rectores no
vinculantes y directrices voluntarias, coherentes con el derecho internacional,
sobre el trato de los migrantes en situaciones de vulnerabilidad, especialmente
los niños no acompañados y separados que no reúnen las condiciones para recibir
protección internacional como refugiados y que tal vez necesiten asistencia.
Esos principios rectores y directrices se elaborarán mediante un proceso
dirigido por los Estados, con la participación de todos los interesados
pertinentes y con la contribución del Representante Especial del Secretario
General sobre la Migración Internacional y el Desarrollo, la Organización
Internacional para las Migraciones, la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Oficina del Alto Comisionado de
las Naciones Unidas para los Refugiados y otras entidades competentes de las
Naciones Unidas, y complementarán las actividades nacionales para proteger y
ayudar a los migrantes.
53. Acogemos con beneplácito la voluntad de algunos Estados de ofrecer
protección temporal frente al retorno a los migrantes que no reúnen los
requisitos para ser considerados refugiados y que no pueden regresar a su hogar
debido a las condiciones imperantes en sus respectivos países.
54. Aprovecharemos los mecanismos existentes de cooperación y
asociación bilateral, regional y mundial, de conformidad con el derecho
internacional, para facilitar la migración en consonancia con la Agenda 2030.
Intensificaremos la cooperación a tal fin entre los países de origen, tránsito
y destino, por ejemplo mediante procesos consultivos regionales, las
organizaciones internacionales, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y
de la Media Luna Roja, las organizaciones económicas regionales y las
autoridades gubernamentales locales, así como con los empleadores del sector
privado, los sindicatos, la sociedad civil y los grupos de migrantes y de
diásporas. Reconocemos las necesidades especiales de las autoridades locales,
que son las primeras en recibir a los migrantes.
55. Reconocemos los progresos realizados en el sistema de las Naciones
Unidas respecto de las cuestiones relacionadas con la migración internacional y
el desarrollo, en particular el Primer y Segundo Diálogo de Alto Nivel sobre la
Migración Internacional y el Desarrollo. Respaldaremos un diálogo renovado a
nivel mundial y regional y una colaboración más profunda sobre la migración, en
especial a través del intercambio de mejores prácticas y el aprendizaje mutuo y
el desarrollo de iniciativas nacionales o regionales. En este sentido,
señalamos la valiosa contribución del Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo
y reconocemos la importancia de los diálogos entre múltiples interesados sobre
la migración y el desarrollo.
56. Afirmamos que los niños no deben ser penalizados ni sometidos a
medidas punitivas por su estatus migratorio ni por el de sus padres.
57. Estudiaremos la posibilidad de facilitar oportunidades para la
migración segura, ordenada y regular, por ejemplo, según proceda, la creación
de empleo, la movilidad laboral en todos los niveles de cualificación, la
migración circular, la reunificación familiar y las oportunidades relacionadas
con la educación. Prestaremos especial atención a la aplicación de normas
laborales mínimas para los trabajadores migrantes sea cual fuere su estatus,
así como a los gastos de contratación y otros gastos relacionados con la
migración, las corrientes de remesas, la transferencia de aptitudes y
conocimientos y la creación de oportunidades de empleo para los jóvenes.
58. Alentamos firmemente la cooperación entre los países de origen o
nacionalidad, los países de tránsito, los países de destino y otros países
interesados para que los migrantes que no tengan permiso para permanecer en el
país de destino puedan regresar, de conformidad con las obligaciones
internacionales de todos los Estados, a su país de origen o nacionalidad en
orden y en condiciones de seguridad y dignidad, preferiblemente a voluntad,
teniendo en cuenta la legislación nacional conforme al derecho internacional.
Observamos que la cooperación para el retorno y la readmisión constituye un
elemento importante de la cooperación internacional en materia de migración.
Esa cooperación abarcaría la identificación correcta y el suministro de los
documentos de viaje que correspondan. Todos los tipos de retorno, voluntarios o
de otra índole, deben ajustarse a las obligaciones que nos competen en virtud
del derecho internacional de los derechos humanos y observar el principio de no
devolución. También deberían respetar las normas del derecho internacional y,
además, deben llevarse a cabo en consonancia con el interés superior del niño y
con el procedimiento previsto en la ley. Si bien reconocemos que se aplican
solo a los Estados que los han concertado, reconocemos también que los acuerdos
de readmisión vigentes deberían implementarse del todo. Apoyamos una mejor
recepción y asistencia para la reintegración de aquellos que regresen. Se debe
prestar especial atención a las necesidades de los migrantes en situaciones de
vulnerabilidad que regresan, como los niños, las personas mayores, las personas
con discapacidad y las víctimas de la trata.
59. Reafirmamos nuestro compromiso de proteger los derechos humanos de
los niños migrantes, dada su vulnerabilidad, particularmente los niños
migrantes no acompañados, y de brindar acceso a los servicios básicos
psicosociales y de salud y educación, asegurándonos de que el interés superior
del niño sea una consideración fundamental en todas las políticas pertinentes.
60. Reconocemos la necesidad de abordar la situación especial y la
vulnerabilidad de las mujeres y las niñas migrantes mediante, entre otras
cosas, la incorporación de una perspectiva de género en las políticas de
migración y el fortalecimiento de las leyes, las instituciones y los programas
nacionales para combatir la violencia por razón de género, incluida la trata de
personas y la discriminación contra las mujeres y las niñas.
61. Si bien reconocemos la contribución de la sociedad civil,
incluidas las organizaciones no gubernamentales, en la promoción del bienestar
de los migrantes y su integración en las sociedades, especialmente cuando se
encuentran en condiciones de extrema vulnerabilidad, y el apoyo de la comunidad
internacional a los esfuerzos de esas organizaciones, alentamos una mayor
interacción entre los Gobiernos y la sociedad civil para dar respuesta a los
retos y las oportunidades que plantea la migración internacional.
62. Observamos que el Representante Especial del Secretario General sobre
la Migración Internacional y el Desarrollo, Peter Sutherland,
presentará, antes de que termine 2016, un informe en el que se propondrán
maneras de reforzar la cooperación internacional y la actuación de las Naciones
Unidas en el ámbito de la migración.
63. Nos comprometemos a iniciar en 2016 un proceso de negociaciones
intergubernamentales que culminará con la aprobación de un pacto mundial para
una migración segura, ordenada y regular en una conferencia intergubernamental
que ha de celebrarse en 2018. Invitamos al Presidente de la Asamblea General a
que haga los arreglos necesarios para determinar las modalidades, el cronograma
y otros aspectos prácticos relacionados con el proceso de negociación. En el
apéndice II de la presente declaración figuran más detalles sobre el proceso.
IV. Compromisos en relación con los refugiados
64. Reconociendo que los conflictos armados, la persecución y la
violencia, incluido el terrorismo, se encuentran entre los factores que dan
lugar a grandes desplazamientos de refugiados, trabajaremos para atacar las
causas fundamentales de esas situaciones de crisis y para prevenir o resolver
los conflictos por medios pacíficos. Haremos todo lo posible para solucionar pacíficamente
las controversias, prevenir los conflictos y lograr las soluciones políticas
que hacen falta a largo plazo. La diplomacia preventiva y la pronta respuesta a
los conflictos por parte de los Estados y las Naciones Unidas son esenciales.
También es esencial la promoción de los derechos humanos. Además, promoveremos
la buena gobernanza, el estado de derecho, instituciones eficaces, responsables
e inclusivas, y el desarrollo sostenible a nivel internacional, regional,
nacional y local. Reconociendo que los desplazamientos podrían reducirse si
todas las partes en los conflictos armados respetaran el derecho internacional
humanitario, renovamos nuestro compromiso de defender los principios
humanitarios y el derecho internacional humanitario. Confirmamos también
nuestro respeto por las normas que protegen a los civiles en los conflictos.
65. Reafirmamos que la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados
, de 1951, y su Protocolo , de 1967, son la base del régimen internacional de
protección de los refugiados. Reconocemos la importancia de que los Estados
partes los apliquen plena y eficazmente y de los valores que encarnan.
Observamos con satisfacción que 148 Estados son ahora partes en uno de esos
instrumentos o en ambos. Alentamos a los Estados que no son partes a que
consideren la posibilidad de adherirse a esos instrumentos y a los Estados que
son partes con reservas a que consideren la posibilidad de retirarlas.
Reconocemos también que varios Estados que no son partes en los instrumentos
internacionales relativos a los refugiados han dado pruebas de generosidad
acogiendo a estos.
66. Reafirmamos que el derecho internacional de los refugiados, el
derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional
humanitario constituyen el marco jurídico para reforzar la protección de los
refugiados. En este contexto, garantizaremos la protección de todos los que la
necesiten. Tomamos nota de los instrumentos regionales sobre los refugiados,
como la Convención de la Organización de la Unidad Africana por la que se
Regulan los Aspectos Específicos de los Problemas de los Refugiados en África y
la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados.
67. Reafirmamos el respeto de la institución del asilo y el derecho a
solicitar asilo. Reafirmamos también el respeto y el cumplimiento del principio
fundamental de no devolución de conformidad con el derecho internacional de los
refugiados.
68. Subrayamos la importancia que reviste la cooperación internacional
para el régimen de protección de los refugiados. Reconocemos la carga que
imponen los grandes desplazamientos de refugiados en los recursos nacionales,
especialmente en el caso de los países en desarrollo. Para atender las
necesidades de los refugiados y los Estados de acogida, nos comprometemos a
repartir más equitativamente la carga y la responsabilidad de acoger y dar
apoyo a los refugiados del mundo, teniendo en cuenta las contribuciones hechas
y las diferentes capacidades y recursos de los distintos Estados.
69. Creemos que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados debe preparar y poner en marcha la respuesta integral para
los refugiados en estrecha coordinación con los Estados pertinentes, incluidos
los países de acogida, y con la participación de otras entidades competentes de
las Naciones Unidas, en cada situación en la que haya grandes desplazamientos
de refugiados. Esa respuesta debe incluir la participación de múltiples
interesados, a saber, las autoridades nacionales y locales, las organizaciones
internacionales, las instituciones financieras internacionales, los asociados
de la sociedad civil (entre ellos, organizaciones confesionales, organizaciones
de la diáspora y el mundo académico), el sector privado, los medios de
comunicación y los propios refugiados. En el anexo de la presente declaración
figura un marco integral de ese tipo.
70. Velaremos por que las políticas o los arreglos de admisión de
refugiados estén en consonancia con las obligaciones que nos incumben en virtud
del derecho internacional. Queremos que se flexibilicen las barreras
administrativas con miras a acelerar los procedimientos de admisión de
refugiados en la medida de lo posible. Cuando corresponda, ayudaremos a los
Estados con el registro y la documentación tempranos y efectivos de los refugiados.
También procuraremos que los niños tengan acceso a procedimientos apropiados
para ellos. Al mismo tiempo, reconocemos que puede regularse la posibilidad de
que los refugiados soliciten asilo en el país de su elección, con la garantía
de que tengan acceso a protección y gocen de ella en otros lugares.
71. Alentamos la adopción de medidas que faciliten a los refugiados el
acceso al registro civil y la documentación. Reconocemos en este sentido la
importancia del registro y la documentación tempranos y efectivos como
instrumento de protección y para facilitar la prestación de asistencia
humanitaria.
72. Reconocemos que la apatridia puede ser una de las causas
fundamentales de los desplazamientos forzosos y que, a su vez, los
desplazamientos forzosos pueden dar lugar a la apatridia. Tomamos nota de la
campaña de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados que tiene por objeto poner fin a la apatridia en un decenio y
alentamos a los Estados a que estudien qué medidas podrían adoptar para reducir
los casos de apatridia. Alentamos a los Estados que aún no se hayan adherido a
la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas , de 1954, y la Convención
para Reducir los Casos de Apatridia , de 1961, a que consideren la posibilidad
de hacerlo.
73. Reconocemos que los campamentos de refugiados deben ser la
excepción y, en la medida de lo posible, una medida provisional ante las
emergencias. Observamos que el 60% de los refugiados de todo el mundo se
encuentra en entornos urbanos y solo hay una minoría en los campamentos.
Velaremos por que la prestación de asistencia a los refugiados y las
comunidades de acogida se adapte al contexto. Subrayamos que los Estados de
acogida son los principales responsables de garantizar el carácter civil y humanitario
de los campamentos y asentamientos de refugiados. Trabajaremos para que ese
carácter no se vea comprometido por la presencia o las actividades de elementos
armados y para que los campamentos no se utilicen con fines que sean
incompatibles con su carácter civil. Trabajaremos para redoblar la seguridad en
los campamentos de refugiados y las comunidades locales circundantes, a
solicitud del país de acogida y con su consentimiento.
74. Acogemos con beneplácito la contribución sumamente generosa realizada
hasta la fecha por los países que acogen a grandes grupos de refugiados y
trabajaremos para dar más apoyo a esos países. Hacemos un llamamiento para que
se desembolsen cuanto antes las contribuciones prometidas en las conferencias
sobre el tema.
75. Nos comprometemos a buscar soluciones desde el momento en que se
produce un desplazamiento de refugiados. Promoveremos enérgicamente soluciones
duraderas, sobre todo en los casos de refugiados que llevan mucho tiempo en esa
situación, que se centren en el retorno sostenible y oportuno en condiciones de
seguridad y dignidad. Esto supondrá actividades de repatriación, reintegración,
rehabilitación y reconstrucción. Alentamos a los Estados y a otros actores
competentes a que presten apoyo, por ejemplo asignando fondos.
76. Reafirmamos que la repatriación voluntaria no debe estar
necesariamente supeditada al logro de soluciones políticas en el país de
origen.
77. Tenemos la intención de aumentar el número y la variedad de las
vías legales disponibles para la admisión o el reasentamiento de los refugiados
en terceros países. Además de aliviar la penosa situación de los refugiados,
esto trae beneficios para los países que acogen a grandes grupos de refugiados
y para los terceros países que reciben refugiados.
78. Instamos a los Estados que aún no hayan establecido programas de
reasentamiento a que consideren la posibilidad de hacerlo a la mayor brevedad
posible. Se alienta a los que ya lo hayan hecho a que estudien la posibilidad
de ampliarlos. Nos proponemos ofrecer lugares de reasentamiento y otras vías
legales de admisión a una escala que satisfaga las necesidades anuales de
reasentamiento determinadas por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados.
79. Estudiaremos la posibilidad de ampliar los programas de admisión
humanitaria en curso, posibles programas de evacuación temporal, incluida la
evacuación por motivos médicos, arreglos flexibles para favorecer la
reunificación familiar, el patrocinio privado de los refugiados y oportunidades
de movilidad laboral para los refugiados mediante asociaciones con el sector
privado, entre otros medios, y de educación, como becas y visados de
estudiante.
80. Asumimos el compromiso de prestar asistencia humanitaria a los
refugiados para garantizar el apoyo esencial en los sectores de vital
importancia, como la atención médica, la vivienda, la alimentación, el agua y
el saneamiento. Nos comprometemos a respaldar a los países y las comunidades de
acogida en este sentido, por ejemplo utilizando los conocimientos y las
capacidades disponibles a nivel local. Apoyaremos los programas de desarrollo
basado en la comunidad que beneficien tanto a los refugiados como a las
comunidades de acogida.
81. Estamos decididos a brindar educación primaria y secundaria de
calidad en entornos de aprendizaje seguros para todos los niños refugiados, ya
en los primeros meses después del desplazamiento inicial. Nos comprometemos a
prestar apoyo a los países de acogida en este sentido. El acceso a una
educación de calidad, incluso para las comunidades de acogida, da protección
fundamental a los niños y jóvenes en contextos de desplazamiento, especialmente
en situaciones de conflicto y crisis.
82. Apoyaremos la educación de los niños refugiados en la primera
infancia. También promoveremos la educación terciaria, la formación práctica y
la formación profesional. En las situaciones de conflicto y crisis, la
educación superior es un potente impulsor del cambio, alberga y protege a un
grupo esencial de hombres y mujeres jóvenes manteniendo su esperanza con
respecto al futuro, fomenta la inclusión y la no discriminación y actúa como
catalizador para la recuperación y reconstrucción de los países que salen de un
conflicto.
83. Trabajaremos para que se satisfagan las necesidades básicas de
salud de las comunidades de refugiados y para que las mujeres y las niñas
tengan acceso a servicios de salud esenciales. Nos comprometemos a prestar
apoyo a los países de acogida en este sentido. También vamos a elaborar
estrategias nacionales para la protección de los refugiados en el marco de los
sistemas nacionales de protección social, según proceda.
84. Acogiendo con beneplácito las medidas positivas adoptadas por los
distintos Estados, alentamos a los Gobiernos de los países de acogida a que
consideren la posibilidad de abrir sus respectivos mercados laborales a los
refugiados. Trabajaremos para reforzar la resiliencia de los países y las
comunidades de acogida, prestándoles asistencia, por ejemplo, con planes de
creación de empleo y generación de ingresos. En este sentido, reconocemos el
potencial de los jóvenes y trabajaremos con el fin de crear las condiciones
para el crecimiento, el empleo y la educación que les permitan ser los
impulsores del desarrollo.
85. Para hacer frente a los retos que plantean los grandes
desplazamientos de refugiados, se necesitará una estrecha coordinación entre
diversos agentes humanitarios y de desarrollo. Nos comprometemos a dar a los
más afectados un lugar central en la planificación y la adopción de medidas.
Los Gobiernos y las comunidades de los países de acogida tal vez necesiten el
apoyo de los organismos competentes de las Naciones Unidas, las autoridades
locales, las instituciones financieras internacionales, los bancos regionales
de desarrollo, los donantes bilaterales, el sector privado y la sociedad civil.
Alentamos firmemente las respuestas conjuntas en las que participen todos esos
agentes a fin de fortalecer el nexo entre los agentes humanitarios y de
desarrollo, facilitar la cooperación entre mandatos institucionales y, al
fomentar la autosuficiencia y la resiliencia, sentar las bases de soluciones
sostenibles. Además de satisfacer las necesidades humanitarias y de desarrollo
directas, trabajaremos para apoyar la rehabilitación ambiental, social y de la
infraestructura de las zonas afectadas por los grandes desplazamientos de
refugiados.
86. Observamos con preocupación que existe una brecha considerable
entre las necesidades de los refugiados y los recursos disponibles. Alentamos
el apoyo procedente de una variedad más amplia de donantes y tomaremos medidas
para que la financiación humanitaria sea más flexible y previsible, con menos
asignación de fondos para fines específicos y más fondos plurianuales, a fin de
salvar esa brecha. Los organismos de las Naciones Unidas como la Oficina del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y el Organismo de
Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de
Palestina en el Cercano Oriente y otras organizaciones competentes necesitan
fondos suficientes para poder llevar a cabo sus actividades con eficacia y
previsibilidad. Acogemos con beneplácito la creciente actuación del Banco
Mundial y los bancos multilaterales de desarrollo y las mejoras en el acceso de
las comunidades afectadas a la financiación para el desarrollo en condiciones
favorables. Asimismo, es evidente que la inversión del sector privado en apoyo
de las comunidades de refugiados y los países de acogida será fundamental en
los próximos años. La sociedad civil también es un asociado clave en todas las
regiones del mundo a la hora de responder a las necesidades de los refugiados.
87. Hacemos notar que los Estados Unidos de América, el Canadá,
Etiopía, Alemania, Jordania, México, Suecia y el Secretario General acogerán
una reunión de alto nivel sobre los refugiados el 20 de septiembre de 2016.
V. Seguimiento y examen de nuestros compromisos
88. Reconocemos que se necesitan mecanismos para garantizar el
seguimiento y el examen sistemáticos de todos los compromisos que estamos
contrayendo hoy. Por consiguiente, solicitamos al Secretario General que
garantice que los progresos realizados por los Estados Miembros y las Naciones
Unidas en la aplicación de los compromisos contraídos en la reunión de alto
nivel celebrada hoy sean objeto de evaluaciones periódicas ante la Asamblea
General en relación, según proceda, con la Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible.
89. Además, debería preverse el examen de los aspectos pertinentes de
la presente declaración en los diálogos periódicos de alto nivel sobre la
migración internacional y el desarrollo y el informe anual del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Refugiados a la Asamblea General.
90. En reconocimiento de la necesidad de ofrecer un considerable apoyo
financiero y programático a los países de acogida y a las comunidades afectadas
por los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes, solicitamos al
Secretario General que informe a la Asamblea General en su septuagésimo primer
período de sesiones sobre los medios de lograr una mayor eficiencia, eficacia
operacional y coherencia de todo el sistema, así como formas de reforzar la
interacción de las Naciones Unidas con las instituciones financieras
internacionales y el sector privado, con miras a lograr el pleno cumplimiento
de los compromisos enunciados en la presente declaración.
Apéndice I
Marco de respuesta integral para los refugiados
Marco de respuesta integral para los refugiados
1. Hoy la escala y la naturaleza de los movimientos de refugiados
exigen que actuemos de manera integral y previsible ante los grandes
desplazamientos de refugiados. A través de una respuesta integral a la cuestión
de los refugiados basada en los principios de la cooperación internacional y la
distribución de la carga y la responsabilidad, estamos en mejores condiciones
para proteger y ayudar a los refugiados y apoyar a los Estados de acogida y a
las comunidades afectadas.
2. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados, en estrecha coordinación con los Estados pertinentes, incluidos los
países de acogida, y con la participación de otras entidades competentes de las
Naciones Unidas, será la encargada de preparar y poner en marcha el marco de
respuesta integral para los refugiados en cada situación en la que haya grandes
desplazamientos de refugiados. Una respuesta integral a la cuestión de los
refugiados debe incluir la participación de múltiples interesados, a saber, las
autoridades nacionales y locales, las organizaciones internacionales, las
instituciones financieras internacionales, las organizaciones regionales, los
mecanismos regionales de coordinación y asociación, los asociados de la
sociedad civil, incluidas las organizaciones confesionales y el mundo
académico, el sector privado, los medios de comunicación y los propios
refugiados.
3. Si bien habrá diferencias en la naturaleza de cada uno de los
grandes desplazamientos de refugiados, los elementos que se indican a
continuación proporcionan un marco para una respuesta a los refugiados integral
y centrada en las personas, que se ajusta al derecho internacional y las
mejores prácticas internacionales y está adaptado a cada contexto específico.
4. Aspiramos a un marco de respuesta integral para los refugiados para
cada situación en la que haya grandes desplazamientos de refugiados, incluso en
las situaciones prolongadas, como parte esencial e inconfundible de una
respuesta humanitaria general, cuando la haya, y que, en condiciones normales,
incluiría los elementos que se indican a continuación.
Recepción y admisión
5. Al comienzo de un gran movimiento de refugiados, los Estados
receptores, teniendo en cuenta sus capacidades nacionales y obligaciones jurídicas
internacionales, en cooperación, según proceda, con la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, las organizaciones
internacionales y otros asociados, y con el apoyo de otros Estados, si así se
solicita, de conformidad con las obligaciones internacionales, procederían a:
a) Garantizar en lo posible que se adopten medidas para identificar como refugiados a las personas que necesitan protección internacional; ofrecer condiciones de recepción suficientes, seguras y dignas, prestando especial atención a las personas con necesidades específicas, las víctimas de la trata de personas, la protección de los niños, la unidad de la familia y la prevención de la violencia sexual y basada en el género y la respuesta ante ella; y respaldar la aportación fundamental de las comunidades y las sociedades receptoras a este respecto;
b) Tener en cuenta los derechos, las necesidades específicas, las aportaciones y las opiniones de las mujeres y niñas refugiadas;
c) Evaluar y atender las necesidades esenciales de los refugiados, en particular, facilitando su acceso a suficiente agua potable, servicios de saneamiento, alimentos, nutrición, viviendas, apoyo psicosocial y atención de la salud, incluida la salud sexual y reproductiva, prestando asistencia a los países y las comunidades de acogida en este sentido, según sea necesario;
d) Inscribir individualmente y proveer de documentos a quienes soliciten protección como refugiados, especialmente en el primer país en que soliciten asilo y lo antes posible a su llegada. Para lograrlo, quizás sea necesario prestar asistencia en áreas como la tecnología biométrica u otro apoyo técnico y financiero, que será coordinada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y los agentes y otros asociados pertinentes, cuando sea necesario;
e) Utilizar el proceso de inscripción para determinar las necesidades específicas de asistencia y las medidas concretas de protección, en lo posible, por ejemplo, aunque no exclusivamente, a los refugiados con necesidades especiales de protección, como las mujeres en situación de riesgo, los niños, especialmente los niños no acompañados y los niños separados de sus familias, los hogares encabezados por niños y los hogares monoparentales, las víctimas de la trata, las víctimas de traumas y los supervivientes de la violencia sexual, así como los refugiados con discapacidad y las personas de edad;
f) Trabajar para garantizar el registro inmediato de los nacimientos de todos los niños refugiados nacidos en su territorio y proporcionar asistencia adecuada a la mayor brevedad posible para obtener otros documentos necesarios, según proceda, relativos al estado civil, por ejemplo, certificados de matrimonio, divorcio o fallecimiento;
g) Adoptar medidas, con las debidas salvaguardias legales, que consagran los derechos humanos de los refugiados, con miras a garantizar la seguridad de los refugiados, y medidas para responder a las preocupaciones legítimas de los países de acogida en cuanto a la seguridad;
h) Adoptar medidas para mantener el carácter civil y humanitario de los campamentos y asentamientos de refugiados;
i) Adoptar medidas para garantizar la credibilidad de los sistemas de asilo, en particular mediante la colaboración entre los países de origen, de tránsito y de destino, para facilitar el regreso y la readmisión de las personas que no reúnan los requisitos para obtener la condición de refugiado.
a) Garantizar en lo posible que se adopten medidas para identificar como refugiados a las personas que necesitan protección internacional; ofrecer condiciones de recepción suficientes, seguras y dignas, prestando especial atención a las personas con necesidades específicas, las víctimas de la trata de personas, la protección de los niños, la unidad de la familia y la prevención de la violencia sexual y basada en el género y la respuesta ante ella; y respaldar la aportación fundamental de las comunidades y las sociedades receptoras a este respecto;
b) Tener en cuenta los derechos, las necesidades específicas, las aportaciones y las opiniones de las mujeres y niñas refugiadas;
c) Evaluar y atender las necesidades esenciales de los refugiados, en particular, facilitando su acceso a suficiente agua potable, servicios de saneamiento, alimentos, nutrición, viviendas, apoyo psicosocial y atención de la salud, incluida la salud sexual y reproductiva, prestando asistencia a los países y las comunidades de acogida en este sentido, según sea necesario;
d) Inscribir individualmente y proveer de documentos a quienes soliciten protección como refugiados, especialmente en el primer país en que soliciten asilo y lo antes posible a su llegada. Para lograrlo, quizás sea necesario prestar asistencia en áreas como la tecnología biométrica u otro apoyo técnico y financiero, que será coordinada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y los agentes y otros asociados pertinentes, cuando sea necesario;
e) Utilizar el proceso de inscripción para determinar las necesidades específicas de asistencia y las medidas concretas de protección, en lo posible, por ejemplo, aunque no exclusivamente, a los refugiados con necesidades especiales de protección, como las mujeres en situación de riesgo, los niños, especialmente los niños no acompañados y los niños separados de sus familias, los hogares encabezados por niños y los hogares monoparentales, las víctimas de la trata, las víctimas de traumas y los supervivientes de la violencia sexual, así como los refugiados con discapacidad y las personas de edad;
f) Trabajar para garantizar el registro inmediato de los nacimientos de todos los niños refugiados nacidos en su territorio y proporcionar asistencia adecuada a la mayor brevedad posible para obtener otros documentos necesarios, según proceda, relativos al estado civil, por ejemplo, certificados de matrimonio, divorcio o fallecimiento;
g) Adoptar medidas, con las debidas salvaguardias legales, que consagran los derechos humanos de los refugiados, con miras a garantizar la seguridad de los refugiados, y medidas para responder a las preocupaciones legítimas de los países de acogida en cuanto a la seguridad;
h) Adoptar medidas para mantener el carácter civil y humanitario de los campamentos y asentamientos de refugiados;
i) Adoptar medidas para garantizar la credibilidad de los sistemas de asilo, en particular mediante la colaboración entre los países de origen, de tránsito y de destino, para facilitar el regreso y la readmisión de las personas que no reúnan los requisitos para obtener la condición de refugiado.
Apoyo a las necesidades inmediatas y persistentes
6. Los Estados, en cooperación con donantes multilaterales y asociados
del sector privado, según corresponda, en coordinación con los Estados
receptores procederían a:
a) Movilizar suficientes recursos financieros y de otro tipo para cubrir las necesidades humanitarias definidas en el marco de respuesta integral para los refugiados;
b) Facilitar recursos de manera pronta, predecible, coherente y flexible, entre otras cosas mediante asociaciones más amplias con el Estado, la sociedad civil, los asociados confesionales y los del sector privado;
c) Adoptar medidas para ampliar los programas de préstamos financieros, que ya existen para los países en desarrollo, a los países de ingresos medianos que acogen a un gran número de refugiados, teniendo en cuenta los costos económicos y sociales que supone para esos países;
d) Estudiar la posibilidad de establecer mecanismos de financiación para el desarrollo para esos países;
e) Prestar asistencia a los países de acogida para proteger el medio ambiente y fortalecer la infraestructura afectada por los grandes desplazamientos de refugiados;
f) Aumentar el apoyo a los mecanismos de prestación de asistencia monetaria y otros medios innovadores para prestar asistencia humanitaria con eficacia, cuando proceda, reforzando al mismo tiempo la rendición de cuentas para asegurar que la asistencia humanitaria llegue a sus beneficiarios.
a) Movilizar suficientes recursos financieros y de otro tipo para cubrir las necesidades humanitarias definidas en el marco de respuesta integral para los refugiados;
b) Facilitar recursos de manera pronta, predecible, coherente y flexible, entre otras cosas mediante asociaciones más amplias con el Estado, la sociedad civil, los asociados confesionales y los del sector privado;
c) Adoptar medidas para ampliar los programas de préstamos financieros, que ya existen para los países en desarrollo, a los países de ingresos medianos que acogen a un gran número de refugiados, teniendo en cuenta los costos económicos y sociales que supone para esos países;
d) Estudiar la posibilidad de establecer mecanismos de financiación para el desarrollo para esos países;
e) Prestar asistencia a los países de acogida para proteger el medio ambiente y fortalecer la infraestructura afectada por los grandes desplazamientos de refugiados;
f) Aumentar el apoyo a los mecanismos de prestación de asistencia monetaria y otros medios innovadores para prestar asistencia humanitaria con eficacia, cuando proceda, reforzando al mismo tiempo la rendición de cuentas para asegurar que la asistencia humanitaria llegue a sus beneficiarios.
7. Los Estados de acogida, en cooperación con la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y otras entidades de las
Naciones Unidas, instituciones financieras y otros asociados pertinentes, según
corresponda, procederían a:
a) Dar acceso rápido, seguro y sin trabas a la asistencia humanitaria para los refugiados de conformidad con los principios humanitarios vigentes;
b) Prestar asistencia en la medida de lo posible a través de los proveedores correspondientes de servicios nacionales y locales, como las autoridades públicas de salud, educación, servicios sociales y protección de la infancia;
c) Al principio de una emergencia, alentar y empoderar a los refugiados para que creen sistemas de apoyo y redes entre ellos y las comunidades de acogida, que tengan en cuenta la edad y el género, con especial hincapié en la protección y el empoderamiento de las mujeres y los niños y de otras personas con necesidades específicas;
d) Apoyar a los asociados locales de la sociedad civil que hacen aportaciones a la respuesta humanitaria, agradeciendo su contribución complementaria;
e) Velar por que la cooperación sea estrecha y fomentar la planificación conjunta, según proceda, entre los agentes humanitarios y del desarrollo y otros agentes pertinentes.
a) Dar acceso rápido, seguro y sin trabas a la asistencia humanitaria para los refugiados de conformidad con los principios humanitarios vigentes;
b) Prestar asistencia en la medida de lo posible a través de los proveedores correspondientes de servicios nacionales y locales, como las autoridades públicas de salud, educación, servicios sociales y protección de la infancia;
c) Al principio de una emergencia, alentar y empoderar a los refugiados para que creen sistemas de apoyo y redes entre ellos y las comunidades de acogida, que tengan en cuenta la edad y el género, con especial hincapié en la protección y el empoderamiento de las mujeres y los niños y de otras personas con necesidades específicas;
d) Apoyar a los asociados locales de la sociedad civil que hacen aportaciones a la respuesta humanitaria, agradeciendo su contribución complementaria;
e) Velar por que la cooperación sea estrecha y fomentar la planificación conjunta, según proceda, entre los agentes humanitarios y del desarrollo y otros agentes pertinentes.
Apoyo a los países y las comunidades de acogida
8. Los Estados, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados y los asociados pertinentes procederían a:
a) Hacer una evaluación del impacto o del riesgo conjunta, imparcial y rápida, antes o después del inicio de un gran movimiento de refugiados, con el fin de definir la asistencia necesaria para los refugiados, las autoridades nacionales y locales y las comunidades afectadas por la presencia de refugiados y establecer prioridades al respecto;
b) Incorporar, cuando proceda, el marco de respuesta integral para los refugiados en los planes nacionales de desarrollo, a fin de fortalecer la prestación de servicios esenciales y la construcción de infraestructura en beneficio de las comunidades de acogida y los refugiados;
c) Trabajar para proporcionar recursos suficientes, sin perjuicio de la asistencia oficial para el desarrollo, a las autoridades gubernamentales nacionales y locales y otros proveedores de servicios, en vista del aumento de las necesidades y de la presión sobre los servicios sociales. Los programas deberían beneficiar a los refugiados y a los países y las comunidades de acogida.
a) Hacer una evaluación del impacto o del riesgo conjunta, imparcial y rápida, antes o después del inicio de un gran movimiento de refugiados, con el fin de definir la asistencia necesaria para los refugiados, las autoridades nacionales y locales y las comunidades afectadas por la presencia de refugiados y establecer prioridades al respecto;
b) Incorporar, cuando proceda, el marco de respuesta integral para los refugiados en los planes nacionales de desarrollo, a fin de fortalecer la prestación de servicios esenciales y la construcción de infraestructura en beneficio de las comunidades de acogida y los refugiados;
c) Trabajar para proporcionar recursos suficientes, sin perjuicio de la asistencia oficial para el desarrollo, a las autoridades gubernamentales nacionales y locales y otros proveedores de servicios, en vista del aumento de las necesidades y de la presión sobre los servicios sociales. Los programas deberían beneficiar a los refugiados y a los países y las comunidades de acogida.
Soluciones duraderas
9. Reconocemos que en la actualidad millones de refugiados en todo el
mundo no tienen acceso a soluciones oportunas y duraderas, y conseguirlas es
uno de los principales objetivos de la protección internacional. El éxito de la
búsqueda de soluciones depende en gran medida de la cooperación y el apoyo
firmes y sostenidos de la comunidad internacional.
10. Creemos que deberían adoptarse medidas para encontrar soluciones
duraderas: repatriación voluntaria, soluciones locales y reasentamiento y canales
complementarios de admisión. Esas medidas deberían incluir los aspectos que se
indican a continuación.
11. Reafirmamos el objetivo primordial de lograr condiciones que
ayuden a los refugiados a regresar a sus países en condiciones de seguridad y
dignidad, y ponemos de relieve la necesidad de abordar las causas profundas de
la violencia y los conflictos armados y de lograr las soluciones políticas
necesarias y el arreglo pacífico de controversias, así como ayudar en los
esfuerzos de reconstrucción. En este contexto: Los Estados de origen o de
nacionalidad procederían a:
a) Reconocer que toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país;
b) Respetar ese derecho y cumplir la obligación de recibir a sus ciudadanos cuando regresen, lo cual debería ocurrir de manera segura, digna y humanizada y con pleno respeto de los derechos humanos, de conformidad con las obligaciones derivadas del derecho internacional;
c) Proporcionar los documentos de identidad y de viaje necesarios;
d) Facilitar la reintegración socioeconómica de los retornados;
e) Estudiar la posibilidad de adoptar medidas para permitir la restitución de los bienes.
a) Reconocer que toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país;
b) Respetar ese derecho y cumplir la obligación de recibir a sus ciudadanos cuando regresen, lo cual debería ocurrir de manera segura, digna y humanizada y con pleno respeto de los derechos humanos, de conformidad con las obligaciones derivadas del derecho internacional;
c) Proporcionar los documentos de identidad y de viaje necesarios;
d) Facilitar la reintegración socioeconómica de los retornados;
e) Estudiar la posibilidad de adoptar medidas para permitir la restitución de los bienes.
12. A fin de garantizar el regreso y la reintegración sostenibles, los
Estados, las entidades de las Naciones Unidas y los asociados pertinentes
procederían a:
a) Reconocer que el carácter voluntario de la repatriación es necesario mientras los refugiados sigan precisando protección internacional, es decir, siempre que no puedan recuperar plenamente la protección de su propio país;
b) Planificar y apoyar medidas para alentar la repatriación, la reintegración y la reconciliación voluntarias y fundamentadas;
c) Apoyar a los países de origen o de nacionalidad, según proceda, entre otras cosas financiando la rehabilitación, la reconstrucción y el desarrollo, y con las salvaguardias legales necesarias que permitan a los refugiados acceder a los recursos jurídicos, físicos y otros mecanismos de apoyo necesarios para el restablecimiento de la protección nacional y su reintegración;
d) Apoyar los esfuerzos para fomentar la reconciliación y el diálogo, en particular con las comunidades de refugiados, y con la participación equitativa de las mujeres y los jóvenes, y garantizar el respeto del estado de derecho en los planos nacional y local;
e) Facilitar la participación de los refugiados, en especial las mujeres, en los procesos de paz y reconciliación, y velar por que los resultados de esos procesos sustenten debidamente su regreso en condiciones de seguridad y dignidad;
f) Garantizar que la planificación del desarrollo nacional tenga en cuenta las necesidades concretas de quienes regresan y promueva la reintegración sostenible e inclusiva como medida para prevenir futuros desplazamientos.
a) Reconocer que el carácter voluntario de la repatriación es necesario mientras los refugiados sigan precisando protección internacional, es decir, siempre que no puedan recuperar plenamente la protección de su propio país;
b) Planificar y apoyar medidas para alentar la repatriación, la reintegración y la reconciliación voluntarias y fundamentadas;
c) Apoyar a los países de origen o de nacionalidad, según proceda, entre otras cosas financiando la rehabilitación, la reconstrucción y el desarrollo, y con las salvaguardias legales necesarias que permitan a los refugiados acceder a los recursos jurídicos, físicos y otros mecanismos de apoyo necesarios para el restablecimiento de la protección nacional y su reintegración;
d) Apoyar los esfuerzos para fomentar la reconciliación y el diálogo, en particular con las comunidades de refugiados, y con la participación equitativa de las mujeres y los jóvenes, y garantizar el respeto del estado de derecho en los planos nacional y local;
e) Facilitar la participación de los refugiados, en especial las mujeres, en los procesos de paz y reconciliación, y velar por que los resultados de esos procesos sustenten debidamente su regreso en condiciones de seguridad y dignidad;
f) Garantizar que la planificación del desarrollo nacional tenga en cuenta las necesidades concretas de quienes regresan y promueva la reintegración sostenible e inclusiva como medida para prevenir futuros desplazamientos.
13. Los Estados de acogida, teniendo en cuenta sus capacidades y
obligaciones jurídicas internacionales, en cooperación con la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el Organismo de Obras
Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en
el Cercano Oriente, cuando corresponda, y otras entidades de las Naciones
Unidas, instituciones financieras y otros asociados pertinentes, cuando
corresponda, procederían a:
a) Conceder permisos de estancia legal en el país a quienes busquen y necesiten protección internacional como refugiados, teniendo en cuenta que toda decisión relativa a cualquier tipo de solución permanente, incluida la posibilidad de naturalización, corresponde al país anfitrión;
b) Adoptar medidas para fomentar la autosuficiencia comprometiéndose a ofrecer más oportunidades a los refugiados para el acceso, según proceda, a la educación, la atención de la salud y los servicios, el sustento y los mercados de trabajo, sin discriminar a los refugiados y de manera que también se brinde apoyo a las comunidades de acogida;
c) Adoptar medidas para que los refugiados, en particular las mujeres y los jóvenes, puedan sacar el máximo provecho a sus aptitudes y capacidades, reconociendo que, con los medios adecuados, los refugiados están en mejores condiciones de contribuir a su propio bienestar y el de sus comunidades;
d) Invertir en la creación de capital humano, autosuficiencia y competencias transferibles como un paso esencial para que haya soluciones de largo plazo.
a) Conceder permisos de estancia legal en el país a quienes busquen y necesiten protección internacional como refugiados, teniendo en cuenta que toda decisión relativa a cualquier tipo de solución permanente, incluida la posibilidad de naturalización, corresponde al país anfitrión;
b) Adoptar medidas para fomentar la autosuficiencia comprometiéndose a ofrecer más oportunidades a los refugiados para el acceso, según proceda, a la educación, la atención de la salud y los servicios, el sustento y los mercados de trabajo, sin discriminar a los refugiados y de manera que también se brinde apoyo a las comunidades de acogida;
c) Adoptar medidas para que los refugiados, en particular las mujeres y los jóvenes, puedan sacar el máximo provecho a sus aptitudes y capacidades, reconociendo que, con los medios adecuados, los refugiados están en mejores condiciones de contribuir a su propio bienestar y el de sus comunidades;
d) Invertir en la creación de capital humano, autosuficiencia y competencias transferibles como un paso esencial para que haya soluciones de largo plazo.
14. Los terceros países procederían a:
a) Estudiar la posibilidad de poner a disposición o ampliar, entre otras cosas alentando la participación y la actuación del sector privado como medida complementaria, las oportunidades de reasentamiento y otros canales para la admisión de refugiados por medios tales como la evacuación médica y los programas de admisión humanitaria, la reunificación familiar y las oportunidades de migración de personas cualificadas, movilidad laboral y educación;
b) Comprometerse a compartir las mejores prácticas, proporcionar a los refugiados información suficiente para tomar decisiones con conocimiento de causa y salvaguardar las normas de protección;
c) Estudiar la posibilidad de ampliar los criterios aplicados a los programas de reasentamiento y acogida humanitaria en los desplazamientos en masa y las situaciones prolongadas, junto con los programas de evacuación humanitaria temporal y otras formas de acogida, según proceda.
a) Estudiar la posibilidad de poner a disposición o ampliar, entre otras cosas alentando la participación y la actuación del sector privado como medida complementaria, las oportunidades de reasentamiento y otros canales para la admisión de refugiados por medios tales como la evacuación médica y los programas de admisión humanitaria, la reunificación familiar y las oportunidades de migración de personas cualificadas, movilidad laboral y educación;
b) Comprometerse a compartir las mejores prácticas, proporcionar a los refugiados información suficiente para tomar decisiones con conocimiento de causa y salvaguardar las normas de protección;
c) Estudiar la posibilidad de ampliar los criterios aplicados a los programas de reasentamiento y acogida humanitaria en los desplazamientos en masa y las situaciones prolongadas, junto con los programas de evacuación humanitaria temporal y otras formas de acogida, según proceda.
15. Se alienta a los Estados que aún no hayan establecido programas de
reasentamiento a que lo hagan a la mayor brevedad posible. Se alienta a los que
ya lo hayan hecho a que estudien la posibilidad de ampliarlos. Los programas
deberían incorporar en todos sus aspectos un planteamiento no discriminatorio y
una perspectiva de género.
16. Los Estados se proponen ofrecer lugares de reasentamiento y otras
vías legales a una escala que satisfaga las necesidades anuales de reasentamiento
determinadas por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados.
El camino a seguir
17. Nos comprometemos a aplicar este marco de respuesta integral para
los refugiados.
18. Invitamos a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados a colaborar con los Estados y celebrar consultas con todos
los interesados pertinentes, durante los próximos dos años, con el fin de
evaluar la aplicación práctica detallada del marco de respuesta integral para
los refugiados y las posibilidades de mejora y perfeccionamiento. Este proceso
debería basarse en la experiencia práctica derivada de aplicar el marco en una
serie de situaciones específicas. El objetivo sería aliviar las presiones sobre
los países de acogida afectados, mejorar la autosuficiencia de los refugiados,
ampliar el acceso a las soluciones que impliquen a terceros países y apoyar las
condiciones existentes en los países de origen para el regreso en condiciones
de seguridad y dignidad.
19. Trabajaremos para la adopción, en 2018, de un pacto mundial sobre
la cuestión de los refugiados, sobre la base del marco de respuesta integral
para los refugiados y de los resultados del proceso descrito. Invitamos al Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados a que incluya el pacto
mundial sobre los refugiados propuesto en su informe anual a la Asamblea
General en 2018, para su examen por la Asamblea en su septuagésimo tercer
período de sesiones en conjunción con su resolución anual sobre la Oficina del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Apéndice II
Hacia un pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular
Hacia un pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular
I. Introducción
1. Este año iniciaremos un proceso de negociaciones
intergubernamentales que culminarán con la aprobación de un pacto mundial para
la migración segura, ordenada y regular.
2. Este pacto mundial establecería una serie de principios,
compromisos y entendimientos entre los Estados Miembros sobre la migración
internacional en todas sus dimensiones. Sería una contribución importante a la
gobernanza mundial y mejoraría la coordinación en lo que concierne a la
migración internacional. Ofrecería un marco para la cooperación internacional
amplia respecto de los migrantes y la movilidad humana. Abordaría todos los
aspectos de la migración internacional, como los humanitarios, de desarrollo y
de derechos humanos, entre otros. Seguiría la senda marcada por la Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible y la Agenda de Acción de Addis Abeba de la
Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo y se
basaría en la Declaración del Diálogo de Alto Nivel sobre la Migración
Internacional y el Desarrollo, aprobada en octubre de 2013 .
II. Contexto
3. Reconocemos la importante contribución de los migrantes y la
migración al desarrollo de los países de origen, de tránsito y de destino, así
como la compleja interrelación entre la migración y el desarrollo.
4. Reconocemos la contribución positiva de los migrantes al desarrollo
inclusivo y sostenible. Reconocemos también que la migración internacional es
una realidad pluridimensional de gran pertinencia para el desarrollo de los
países de origen, de tránsito y de destino, que exige respuestas coherentes e
integrales.
5. Cooperaremos en el plano internacional para velar por que las
migraciones sean seguras, regulares y ordenadas, respetando plenamente los
derechos humanos y dispensando un trato humanitario a los migrantes, sea cual
fuere su situación migratoria. Subrayamos la necesidad de velar por el respeto
de la dignidad de los migrantes y la protección de sus derechos en virtud del
derecho internacional aplicable, en particular el principio de no
discriminación con arreglo al derecho internacional.
6. Ponemos de relieve el carácter multidimensional de la migración
internacional, la importancia de la cooperación y el diálogo a ese respecto a
nivel internacional, regional y bilateral y la necesidad de proteger los derechos
humanos de todos los migrantes, independientemente de su situación,
particularmente en un momento en que las corrientes migratorias han aumentado.
7. Tenemos presente que las políticas e iniciativas sobre la cuestión
de la migración deberían promover planteamientos integrales que tengan en
cuenta las causas y consecuencias del fenómeno. Reconocemos que la pobreza, el
subdesarrollo, la falta de oportunidades, la mala gobernanza y los factores
ambientales son algunas de las causas de la migración. A su vez, las políticas
en pro de los pobres relacionadas con el comercio, el empleo y las inversiones
productivas, pueden estimular el crecimiento y generar enormes posibilidades de
desarrollo. Observamos que los desequilibrios económicos internacionales, la pobreza
y la degradación ambiental, junto con la ausencia de paz y seguridad y de
respeto de los derechos humanos, son factores que afectan a la migración
internacional.
III. Contenido
8. El pacto mundial podría incluir, sin ánimo de exhaustividad, los
elementos que se indican a continuación:
a) La migración internacional como realidad pluridimensional de gran pertinencia para el desarrollo de los países de origen, de tránsito y de destino, según se reconoce en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible;
b) La migración internacional como posibilidad para los migrantes y sus familias;
c) La necesidad de abordar las causas de la migración, en particular redoblando los esfuerzos en cuanto al desarrollo, la erradicación de la pobreza, y la prevención y la solución de conflictos;
d) La importante contribución de los migrantes al desarrollo sostenible y la compleja relación existente entre la migración y el desarrollo;
e) La facilitación de la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas, lo cual puede incluir la creación y la ampliación de vías migratorias seguras y regulares;
f) Las posibilidades de una mayor cooperación internacional con miras a mejorar la gestión de la migración;
g) Los efectos de la migración en el capital humano en los países de origen;
h) Las remesas como fuente importante de capital privado y su contribución al desarrollo y fomento de un envío más rápido, económico y seguro de remesas a través de canales legales, tanto en los países de origen como en los receptores, incluso reduciendo los costos de transacción;
i) La protección efectiva de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los migrantes, especialmente las mujeres y los niños, independientemente de su situación migratoria, y las necesidades específicas de los migrantes en situaciones de vulnerabilidad;
j) La cooperación internacional en el control de las fronteras respetando plenamente los derechos humanos de los migrantes;
k) La lucha contra la trata de personas, el tráfico de migrantes y las formas contemporáneas de esclavitud;
l) La identificación de quienes han sido objeto de la trata y la posibilidad de prestar asistencia, incluso ofreciendo la residencia temporal o permanente, y conceder permisos de trabajo, según proceda;
m) La reducción de la incidencia y los efectos de la migración irregular;
n) El examen de la situación de los migrantes en los países en crisis;
o) El fomento, según proceda, de la inclusión de los migrantes en las sociedades de acogida, el acceso a los servicios básicos para los migrantes y los servicios que tengan en cuenta las cuestiones de género;
p) El examen de las políticas para regularizar la situación de los migrantes;
q) La protección de los derechos laborales y de un entorno de trabajo seguro para los trabajadores migrantes y las personas con empleos precarios, la protección de las trabajadoras migratorias en todos los sectores y la promoción de la movilidad de la mano de obra, incluida la migración circular;
r) Las responsabilidades y obligaciones de los migrantes hacia los países de acogida;
s) El regreso y la readmisión, y el mejoramiento de la cooperación a este respecto entre los países de origen y de destino;
t) El aprovechamiento de la contribución de las diásporas y el fortalecimiento de los vínculos con los países de origen;
u) La lucha contra el racismo, la xenofobia, la discriminación y la intolerancia hacia los migrantes;
v) Los datos desglosados sobre migración internacional;
w) El reconocimiento de las cualificaciones, la educación y las destrezas obtenidas en el extranjero y la cooperación en relación con el acceso a las prestaciones ganadas y su transferibilidad;
x) La cooperación a nivel nacional, regional e internacional sobre todos los aspectos de la migración.
a) La migración internacional como realidad pluridimensional de gran pertinencia para el desarrollo de los países de origen, de tránsito y de destino, según se reconoce en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible;
b) La migración internacional como posibilidad para los migrantes y sus familias;
c) La necesidad de abordar las causas de la migración, en particular redoblando los esfuerzos en cuanto al desarrollo, la erradicación de la pobreza, y la prevención y la solución de conflictos;
d) La importante contribución de los migrantes al desarrollo sostenible y la compleja relación existente entre la migración y el desarrollo;
e) La facilitación de la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas, lo cual puede incluir la creación y la ampliación de vías migratorias seguras y regulares;
f) Las posibilidades de una mayor cooperación internacional con miras a mejorar la gestión de la migración;
g) Los efectos de la migración en el capital humano en los países de origen;
h) Las remesas como fuente importante de capital privado y su contribución al desarrollo y fomento de un envío más rápido, económico y seguro de remesas a través de canales legales, tanto en los países de origen como en los receptores, incluso reduciendo los costos de transacción;
i) La protección efectiva de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los migrantes, especialmente las mujeres y los niños, independientemente de su situación migratoria, y las necesidades específicas de los migrantes en situaciones de vulnerabilidad;
j) La cooperación internacional en el control de las fronteras respetando plenamente los derechos humanos de los migrantes;
k) La lucha contra la trata de personas, el tráfico de migrantes y las formas contemporáneas de esclavitud;
l) La identificación de quienes han sido objeto de la trata y la posibilidad de prestar asistencia, incluso ofreciendo la residencia temporal o permanente, y conceder permisos de trabajo, según proceda;
m) La reducción de la incidencia y los efectos de la migración irregular;
n) El examen de la situación de los migrantes en los países en crisis;
o) El fomento, según proceda, de la inclusión de los migrantes en las sociedades de acogida, el acceso a los servicios básicos para los migrantes y los servicios que tengan en cuenta las cuestiones de género;
p) El examen de las políticas para regularizar la situación de los migrantes;
q) La protección de los derechos laborales y de un entorno de trabajo seguro para los trabajadores migrantes y las personas con empleos precarios, la protección de las trabajadoras migratorias en todos los sectores y la promoción de la movilidad de la mano de obra, incluida la migración circular;
r) Las responsabilidades y obligaciones de los migrantes hacia los países de acogida;
s) El regreso y la readmisión, y el mejoramiento de la cooperación a este respecto entre los países de origen y de destino;
t) El aprovechamiento de la contribución de las diásporas y el fortalecimiento de los vínculos con los países de origen;
u) La lucha contra el racismo, la xenofobia, la discriminación y la intolerancia hacia los migrantes;
v) Los datos desglosados sobre migración internacional;
w) El reconocimiento de las cualificaciones, la educación y las destrezas obtenidas en el extranjero y la cooperación en relación con el acceso a las prestaciones ganadas y su transferibilidad;
x) La cooperación a nivel nacional, regional e internacional sobre todos los aspectos de la migración.
IV. El camino a seguir
9. El pacto mundial se elaboraría mediante un proceso de negociaciones
intergubernamentales, cuyos preparativos comenzarán inmediatamente. Las
negociaciones, que empezarán a principios de 2017, culminarán en una
conferencia intergubernamental sobre migración internacional en 2018, en la que
se presentará el pacto mundial para su aprobación.
10. Ya que el Tercer Diálogo de Alto Nivel sobre la Migración
Internacional y el Desarrollo se celebrará en Nueva York a más tardar en 2019 ,
debería desempeñar un papel en el proceso.
11. Se invita al Presidente de la Asamblea General a disponer la
designación de dos cofacilitadores para dirigir consultas abiertas,
transparentes e inclusivas con los Estados, con miras determinar las
modalidades, un calendario, la posible celebración de conferencias
preparatorias y otros aspectos prácticos relativos a las negociaciones
intergubernamentales, incluida la participación de los expertos sobre migración
en Ginebra.
12. Se pide al Secretario General que preste el apoyo apropiado a las
negociaciones. Prevemos que la Secretaría de las Naciones Unidas y la
Organización Internacional para las Migraciones presten servicio conjuntamente
a las negociaciones, la primera en cuanto a capacidad y apoyo, y la segunda en
cuanto a los conocimientos técnicos y normativos necesarios.
13. Prevemos también que el Representante Especial del Secretario
General sobre la Migración Internacional y el Desarrollo se encargue de
coordinar las aportaciones del Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo y el
Grupo Mundial sobre Migración al proceso de negociación. Prevemos que
contribuyan al proceso la Organización Internacional del Trabajo, la Oficina de
las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos y otras entidades con mandatos y
conocimientos importantes relacionados con la migración.
14. Convendría que se celebrasen consultas regionales en apoyo de las
negociaciones, por ejemplo mediante los procesos y mecanismos consultivos existentes,
cuando proceda.
15. Se invitará a la sociedad civil, el sector privado, las
comunidades de la diáspora y las organizaciones de migrantes a contribuir al
proceso de preparación del pacto mundial.
La Red Voltaire autoriza la reproducción de sus artículos a condición
de que se cite la fuente y de que no sean modificados ni utilizados con fines
comerciales (licencia CC BY-NC-ND).
Fuente : «Declaración de Nueva York para los Refugiados y los
Migrantes», Red Voltaire , 19 de septiembre de 2016,www.voltairenet.org/article193287.html
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