RECETAS DE
VIDA---MANUELA CRESPO
Fernando Alves: Manuela Crespo es neuróloga en el “Hospital do
SAMS” en Lisboa y también ejerce su actividad clínica en otros lugares de la
capital, haciendo consultas de dolor crónico y de esclerosis múltiple. Pero
hace mucho que se viene interesando por el arte y hace más de 10 años retomó
los cursos de “Introdução à História da Arte do Século XX” y “História
da Arte Portuguesa”, en la “Sociedade Nacional de Belas Artes”, donde
también hizo el curso de “Desenho e de Cor”. Es autora e ilustradora de libros
infantiles, de los cuales, el más reciente es
“O Imaginão”, editado por la “Editora Ambar”.
Durante todo el tiempo que duró nuestra conversación tuvimos
siempre la compañía de la perra Pepa, que de vez en cuando dará señales de su
presencia aunque discretamente. Pepa aún no entró en ninguna historia escrita e
ilustrada por Manuela, pero ahora vamos a la historia de Manuela. Manuela
Crespo sintió su vocación para lo que vendría a ser su principal ocupación,
cuando aún era una niña.
Manuela Crespo: Desde
que tengo uso de razón siempre dije que quería ser médica, desde chiquitica.
Por lo tanto trabajé para eso y allá seguí mí camino. Pero fue en la facultad
que…que percibí que me interesaba la neurología.
Incluso solamente
después de hacer mi asignatura fue que
me entusiasmé por la neurología, porque tiene un amplio potencial de
investigación y explora una serie de…de temas misteriosos relacionados con la
mente, que me interesaron mucho, especialmente los mecanismos del lenguaje en
los que trabajé muchos años en…muy cerca del laboratorio de lenguaje, no
directamente, pero involucrada con muchos enfermos con perturbaciones de las
funciones cognitivas superiores, que
envuelven no solo los problemas de lenguaje como muchas otras…patologías que son muy extrañas.
Personas que…no ven, por
ejemplo, el lado derecho o el lado izquierdo del mundo, solo prestan atención
en los lados y personas que no reconocen rostros familiares. Todo eso son
síntomas neurológicos extraños que no son conocidos del público en general y
que para nosotros son muy interesantes desde el punto de vista…mental.
Fernando Alves: Ud. utilizó la palabra misterio en relación a la
neurología, pero ese misterio no es incompatible con el diccionario científico?
Manuela Crespo: El
misterio es siempre una cosa muy atractiva para las personas curiosas. Yo soy
muy curiosa, por lo tanto, todo lo que es extraño y difícil de explicar me
atrae. La neurología fue la llama…que se encendió. Fue exactamente la parte
misteriosa del cerebro que aún tiene mucho por explorar y es una ciencia que me
cautiva.
Fernando Alves? Y como es que fue recorriendo esos pasillos entre
la investigación y la clínica?
Manuela Crespo: Yo
comencé a trabajar en investigación cuando aún frecuentaba el 5º año de
facultad. Tuve un buen tutor que fue el profesor José Ferro en el “Hospital de
Sta. Maria”, con el cual hice mi asignación de neurología y que al final gustó
de mi trabajo y me invitó a trabajar con él. Por lo tanto en 5º año de facultad
empecé a trabajar en el laboratorio de lenguaje y ayudé a montar la consulta de
enfermedades vasculares cerebrales en el Sta. Maria, que se inició en esa
época. Desde entonces también tuve un conocimiento de la neurología dado por uno de nuestros…talvez el
mayor neurólogo del país.
Fernando Alves: Para Manuela Crespo eso fue una bendición…
Manuela Crespo: Sí, sí,
increíble. Totalmente fascinante. Y aún hoy, la neurología es fascinante para
mí…nunca lo dejó de ser. Yo sigo siendo una médica muy interesada en lo que
hago, adoro abrir nuevos caminos…por eso de vez en cuando, tengo alguna necesidad
de establecer nuevas direcciones, incluso porque la vida profesional no siempre
se adapta a lo que las personas quieren hacer…y aún hoy, me encanta lo que
hago. Ya no estoy en investigación, solo practico la clínica y esa fue una
decisión que tomé por motivos personales y porque cambié de empleo…y…las
condiciones que surgieron no permitieron que yo siguiese en la investigación.
Pero fue una fase muy interesante de mi vida.
Fernando Alves: Pero regresemos a ese laboratorio de lenguaje del
que habló. Que es lo que sucede en un laboratorio de lenguaje?
Manuela Crespo: El
laboratorio de lenguaje evalúa enfermos que tienen perturbaciones de las
funciones cognitivas superiores. No solo del lenguaje, pero también de la
escritura, de la lectura, de la percepción…por lo tanto si hay algunas
alteraciones de la percepción visual, por ejemplo, en que las personas dejan de
reconocer los colores…o no consiguen decir el nombre de los colores, o no
reconocen personas…familiares en fotos, solo las reconocen cuando ellas
hablan…entonces tienen que usar otras…otros elementos distintos a la visión,
para hacer el reconocimiento. Por lo tanto todo lo que sean alteraciones de las
funciones cognitivas, se estudian en un laboratorio de lenguaje.
Los accidentes
vasculares, muy frecuentemente, provocan perturbaciones del lenguaje y yo
pienso que es por ese motivo que el laboratorio de lenguaje se dedicó
básicamente al estudio de enfermos con accidentes vasculares en su fase inicial
y quizá por eso haya quedado con ese nombre. Pero en el fondo lo que se estudia
allá son las funciones cognitivas superiores, en general, no solo el lenguaje.
Fernando Alves: O…como dice la neuróloga Manuela Crespo, la llave
de la connotación semántica, de lo que escuchamos está en una cajita especial.
Manuela Crespo: Nosotros
tenemos una cajita de la semántica dentro de nuestra cabeza la cual nos permite
comparar las palabras que oímos y…y es así que ellas tienen sentido. Si tenemos
un accidente vascular que daña esa cajita de la semántica ya no conseguimos
comprender lo que oímos.
Fernando Alves: Y que es lo que puede suceder a un enfermo que
tuvo un accidente vascular cerebral?
Manuela Crespo: El
enfermo puede quedar sin habla…cierto?...no ser capaz de programar las
palabras, su área de programación motora del lenguaje quedar dañada, o puede no
comprender el lenguaje que oye. Es como si yo estuviese hablando en chino con
usted. Ud. oye pero no comprende, porque no tiene la tal cajita de la semántica
dentro de la cabeza que le permite identificar aquello que está oyendo y darle
un sentido. Y también puede suceder que
no haya una conexión entre esa cajita de la semántica y el área de la
programación motora, por lo tanto esa conexión le permite repetir…es decir…consigue
repetir una frase en chino sin saber su significado.
Esa conexión entre las
dos áreas se llama repetición. Exactamente…también puede estar dañada en los
enfermos con accidentes vasculares y por eso tenemos cuatro funciones que
nosotros evaluamos en el área del lenguaje que son:
La designación de los objetos
(que también tenemos un área específica para eso).
La fluidez del discurso
que incluye desde la melodía a una serie de otras características que nos
permiten decir que…por ejemplo el idioma portugués tiene un discurso propio,
que las personas pueden perder apenas…esa…esa melodía que se llama métrica…o
pueden no ser capaces de hablar con
fluidez normal, por ejemplo, hablar como un robot, o eventualmente también
pueden perder la capacidad de comprender el lenguaje oído. Por lo tanto no cumplen
órdenes, no consiguen entender nada de lo que les decimos si no usamos la
mímica, mímica facial para ayudar, que es uno de los factores que ayuda a
decodificar el lenguaje hablado.
Fernando Alves: Pero casi nunca es por el lenguaje que se inicia
la perturbación…?
Manuela Crespo: La
perturbación solo comienza en el lenguaje en algunos casos muy raros o en los casos más raros
de demencia, que se llama Afasia Primaria Progresiva. Habitualmente comienza
con una falla de memoria. Pero en los accidentes vasculares el lenguaje puede
ser lesionado o no. No es un síntoma fundamental. Pero si involucra el área del
lenguaje que está en el hemisferio izquierdo…es un área que existe solo de un
lado, por lo menos en las personas diestras, el lenguaje es frecuentemente
afectado.
Fernando Alves: Pero puede suceder que no sea afectado?
Manuela Crespo: Puede
suceder que no sea, sí. La persona puede sentir apenas debilidad, falta de
vista, falta de sensibilidad, dependiendo del hemisferio que es afectado.
Fernando Alves: Y esa falta de atención al lado izquierdo del
mundo es muy frecuente?
Manuela Crespo: Es
frecuente cuando las personas tienen lesiones del hemisferio derecho. El
hemisferio derecho es más responsable por la orientación…por la localización
del espacio, por así decirlo, y por la atención. Por lo tanto lo que sucede a
esos enfermos es que dejan de prestar atención al lado izquierdo del espacio y
aun cuando nosotros los llamamos ellos voltean siempre hacia el lado derecho.
No prestan atención al lado izquierdo. Y muchas veces ni siquiera reconocen…por
ejemplo, si tienen al mismo tiempo, una
parálisis de los miembros izquierdos, esos enfermos tienen un peor pronóstico
de recuperación, porque como no prestan atención a sus miembros, tampoco
perciben que están paralizados. Eso es una negación del defecto que va asociada
muchas veces…lo que agrava la situación.
Fernando Alves: La perra Pepa se va manifestar y llegará incluso a
dar unas patadas en el cable del micrófono, quizá por el espanto que le causan
las preguntas que tratan de saber si en el consultorio de un neurólogo aun surgen cuadros desconocidos o si el
cuadro ya está agotado.
Manuela Crespo: Ni pensar!
Nunca se agota. Nosotros tenemos…todos los días tenemos desafíos…siempre. Yo me
dedico a la clínica y hago clínica hospitalaria. Por consiguiente yo también
tengo un recorrido distinto a la mayoría de los neurólogos, que después de una
determinada fase se sub-especializan y pasan a dedicarse a una sola faceta de
la neurología. Yo hice eso en mi fase inicial…de vida como neuróloga.
Por tanto tuve una
sub-especialización muy intensiva, que fue en accidentes vasculares cerebrales
y después, cuando me cambié para otro hospital pasé a ser una neuróloga general
que, aun divide la mitad de su tiempo con enfermos en estado agudo. Por
consiguiente veo muchas cosas distintas; los enfermos agudos siempre nos traen
muchas sorpresas.
Fernando Alves: Y a veces esas sorpresas le quitan el sueño al
neurólogo.
Manuela Crespo: Me
acuerdo ahora de un hombre joven que estuvo hospitalizado allá en mi hospital
hace algún tiempo. Pienso que tendría unos 31 años. Sufría de un dolor de
cabeza totalmente fuera de todo lo que viene en los libros, acompañado de
síntomas que cambiaban de sitio como si fuesen una cosa de ansiedad…pero que
después de hacer los exámenes se descubrió que tenía una serie de…alteraciones
que…eran bastante propias de la evolución de una enfermedad del sistema
nervioso central que yo jamás supe lo que era. Ese enfermo tenía un incremento
de células en el líquido encéfalo- raquídeo
y un dolor de cabeza que aparecía y desaparecía como si fuera una
jaqueca.
Después de una gran lucha
en la búsqueda de la causa (él se hizo N exámenes y todo estaba normal, pero
aquello no pasaba de ninguna forma) y de conferenciar con algunos colegas,
especialmente con un colega del Sta. Maria, que era el dr. João de Sá, que
había tenido unos enfermos idénticos, yo terminé por decidir hacer un
tratamiento bastante agresivo, un Citostático, que me fue difícil comenzar,
porque él era un hombre joven y yo no iba…tenía miedo de dañarlo, entiende?
Fernando Alves: Cual era el grado de agresividad…en qué consistía
esa agresividad del medicamento?
Manuela Crespo: Los
citostáticos son medicamentos que nosotros usamos en el tratamiento del cáncer,
que tienen efectos secundarios que pueden ser graves, sabe?... principalmente a
largo plazo pueden aumentar el riesgo de nuevos…de neoplasias y tumores en
otros órganos.
Fernando Alves: Pero no hesito…?
Manuela Crespo: Hesite
mucho. Hesite mucho, pero, es decir, no tenía otra alternativa, por
consiguiente terminé por hacerle el tratamiento…y él quedó bien! Fue
fantástico! Pero aun hoy, pasado este tiempo, sigo sin saber que enfermedad fue
esa que él tuvo.
Fernando Alves: Sabe cómo lo curó
pero no sabe porque lo curó?
Manuela Crespo: Exacto.
Nosotros a veces tenemos que tomar decisiones. Obviamente es mucho mejor tomar
decisiones de tratamiento cuando tenemos un diagnóstico definitivo. Cuando no
lo tenemos, a veces tenemos que tomar decisiones…porque no podemos dejar que
los enfermos mueran, solo porque no hacemos un diagnóstico; tenemos otros
caminos, cierto? Puede ser una enfermedad inflamatoria…una enfermedad
infecciosa…una enfermedad neoplásica…tomamos el camino de aquella enfermedad
sin tener un diagnostico definido con exactitud.
Fernando Alves: Hace algunos días, leí una noticia con datos de
2010, que aseguraban que uno en cada cuatro niños que llegan a la consulta de
neurología infantil del Sta. Maria, sufre de dolores de cabeza. Manuela Crespo
no es neuróloga infantil, pero confirma que casi todo comienza por un dolor de
cabeza.
Manuela Crespo:
Actualmente casi todos…cómo decir?...70% de la población sufre de dolores de
cabeza frecuentes. Cuanto más ansiosas y tensas están las personas, mayor es la
frecuencia de los dolores de cabeza.
Fernando Alves: Entonces el dolor de cabeza también es un síntoma
de la época? De este tiempo en que vivimos?
Manuela Crespo: El dolor
de cabeza de tensión muscular es un síntoma de la época en que vivimos. Yo
pienso que actualmente todo el pueblo anda un poco más ansioso, más tenso y las
personas que no consiguen relajar tienen tendencia a contraer grupos musculares
específicos y en algunos casos los músculos alrededor del cráneo, (nosotros
tenemos una capa muy fina de músculos alrededor del cráneo que cuando se pone
tensa, provoca dolores de cabeza…diarios).
Fernando Alves: Entonces la expresión popular: “Esto me va traer
grandes dolores de cabeza”, tiene mucho sentido.
Manuela Crespo: Todo el
sentido. Yo uso mucho esas expresiones populares para explicarles a las
personas lo que ellas tienen. E intento relacionar los síntomas que padecen con
el estado emocional en que se encuentran. Eso es…es muy importante para los
enfermos el poder entender. Es medio camino andado para la cura…el enfermo percibir
porque motivo sufre de dolores de cabeza.
Fernando Alves: Y cómo es que se percibe que aquel dolor de cabeza
es un pozo sin fondo?
Manuela Crespo: Nosotros
tenemos reglas para separar las aguas, cierto? Por consiguiente, casi siempre
hay una regla básica que es…un dolor de cabeza crónico raramente tiene un
problema grave por detrás. Los dolores de cabeza que comenzaron recientemente
son los que nos preocupan. Las personas que sufren de dolor de cabeza crónico,
tienen una patología…desde hace años, por tanto todo lo que existe dentro de la
cabeza…que provoca problemas, los provoca rápidamente.
Esto es una caja
cerrada, no se expande, cierto? Por lo tanto si las personas tienen un tumor o
una lesión que está creciendo...ese dolor de cabeza pasa muy pronto a otra
sintomatología. Por eso los dolores de cabeza que tienen más de 6 meses no nos
preocupan.
Fernando Alves: Que es lo que le preocupa? Son los dolores de
cabeza que surgen de repente en una persona que nunca sufrió de dolores de
cabeza?
Manuela Crespo: Por
ejemplo. O los dolores de cabeza que comenzaron hace poco tiempo. Hace 15 días,
un mes, principalmente los que aparecen por la mañana, son los dolores de
cabeza que nos preocupan y que nos obligan a hacer una investigación más
detallada del enfermo y una evaluación un poco más profunda.
A los otros dolores de
cabeza, raramente les hago exámenes complementares. Creo que es mucho más
importante conversar con el enfermo, entender porque es que él tiene ese dolor,
saber qué es lo que hace, que es lo que lo hace ponerse tenso, como es su vida
y hacer que el enfermo lo entienda. Después de eso, tentar organizar un poco su
vida en función de la capacidad que tiene, para la vida que tiene.
Fernando Alves: El dolor también está muy presente en su trabajo
diario?
Manuela Crespo: Ahora
más, porque yo hago consultas de dolor. Ya no tengo mucho que ver con la
neurología, es decir…hay una parte que sí tiene…los neurólogos tienen una parte
de la consulta del dolor importante, que es un dolor neurópata. Es un dolor
que…prácticamente…digamos, son más los neurólogos que tratan. Tienen más
práctica con los medicamentos y…
Pero en nuestra consulta
de neurología general el dolor ocupa un espacio enorme. Hay un porcentaje muy
grande de enfermos que tienen dolores de cabeza y eso forma parte de mi vida
cotidiana…tratar el dolor. Actualmente yo hago la misma consulta de dolor más
general, con enfermos neoplásicos, con
dolores en fase terminal o no y otros con dolores óseo articulares de todo tipo…en suma, enfermos con dolor
crónico.
Nosotros tratamos el
dolor como un síntoma, no tratamos la causa de la enfermedad, porque en
principio el enfermo ya está diagnosticado, su enfermedad está siendo tratada
lo mejor posible, pero muchas veces, a pesar de que la enfermedad está
controlada, no conseguimos eliminar el dolor. Por lo tanto el dolor es tratado
como una enfermedad separada. Es decir, actualmente nosotros sabemos que el
dolor crónico termina por volverse independiente de la causa…
Fernando Alves: enfermedad en si misma…
Manuela Crespo: Exacto. Pasa
a ser una enfermedad autónoma. Si no es tratada, se vuelve crónica. Por
consiguiente es importante tratar el dolor y prevenir la transición para la
fase crónica. Y es ese mi trabajo en la consulta de dolor, donde yo uso los
medicamentos más potentes que existen, para tratar el dolor, los OPIOIDES, que
es un área para la cual nunca fui entrenada mientras neuróloga. Es un área a la
que me dediqué ahora, recientemente y estoy involucrada con un grupo
multidisciplinar que incluye dos anestesiólogos, un internista y una enfermera
y hacemos una consulta de dolor (los cinco) que es muy interesante, porque
interactuamos mucho los unos con los otros y estamos haciendo cosas
nuevas…todos juntos.
Fernando Alves: Pero en su día a día ud. trata sobre todo del
dolor más hondo, de la desolación que ese dolor provoca. Es un dolor silencioso
que ataca al enfermo y a su familia y el grupo de amigos.
Manuela Crespo: A veces
el dolor es más devastador para la familia que para el mismo enfermo. Por
ejemplo, en la demencia de Alzheimer que es una…una situación paradigmática del
enfermo que va perdiendo las capacidades y que se va deteriorando, pero al
mismo tiempo pierde la consciencia de ello; por lo tanto como tiene defecto de
memoria, muchas veces no se da cuenta de lo que le está sucediendo, porque
siempre se le olvida. Llega un momento en que pierde la conciencia total y
quien sufre más, es realmente la familia.
Las familias pasan por
verdaderos tormentos intentando confortar a estos enfermos. Ese es el verdadero
dolor del alma…el enfermo que se olvida de forma patológica no se acuerda que
se olvida…para él todo está bien. Los enfermos de demencia de Alzheimer tienen
periodos de lucidez en que se deprimen, pero la mayor parte del tiempo están
bien, porque ya perdieron la conciencia de lo que les pasa, no tienen capacidad
de percibir su propio deterioro.
Fernando Alves: La perra Pepa queda en silencio mientras la
neuróloga Manuela Crespo habla del dolor, más o menos silencioso de los adultos
que entran en su consultorio. Es otro, el modo como Manuela se ocupa de los
niños. Pepa ahora se acerca más a la mesa, porque Manuela Crespo empieza a
hojear los libros que escribió e ilustró. La doctora que se receto a si misma
el estudio de la historia del arte, entra en escena.
Manuela Crespo: Yo
siempre sentí atracción por el arte. Y los libros infantiles surgieron a través
de la pintura. Primero me interesé por la pintura, por la historia del arte,
hice algunos cursos de historia del arte en la “Sociedade Nacional de Belas
Artes”, después me inscribí en un curso
de diseño. Mientras iba trabajando en diseño (y aquello es un curso que a pesar
de ser una o dos veces por semana en horario pos laboral, es bastante
intensivo, porque los profesores nos exigen casi un profesionalismo, con
trabajos para la casa en que vamos desarrollando un lenguaje individual) yo en
dado momento de mi recorrido, entendí que mi pintura se adaptaba muy bien a la
ilustración infantil.
Por consiguiente comencé
a sentir algún deseo y al mismo tiempo a estudiar los trabajos de los
ilustradores portugueses, que nosotros tenemos ilustradores muy buenos, tenemos
mucha calidad en cuestión de ilustración, principalmente ilustración infantil y
comencé a entusiasmarme con la ilustración infantil. Por lo tanto mi camino no
tuvo mucho que ver con los niños pero si con el arte en sí.
Fue el camino que creé en mi arte. Y conforme fui desarrollando
esa tendencia para la ilustración infantil, porque mi pintura es muy colorida,
yo soy muy…(sistematizo un poco las formas, no soy muy aficionada al detalle,
me gusta más inventar que copiar; diseño a ojo: Creo que no tengo mano para el
diseño a ojo), lo que si hago bien es… después de aquello que aprendí, que me
permite construir, por ejemplo…una imagen de una persona, transformar eso en un
mundo de fantasía.
Fernando Alves: El encanto por el mundo de la fantasía, explica el
motivo por el cual Manuela Crespo habla con entusiasmo de los 4 libros que
escribió e ilustró. En uno de ellos, el “O Abecedário dos Nomes”, hay 80
historias de niños (algunos de ellos enfermos) por orden alfabética.
Manuela Crespo: Para que
los niños pudiesen elegir una historia con su nombre, que es algo que a todos
les gusta hacer y muchas de estas historias son sobre niños que tuvieron
problemas de salud. Algunos que tenían por ejemplo…que no conseguían comer, que
tenían un nudo en el estómago y solo se…curaban cuando iban al médico…que les
deshacía el nudo y después ellos comían tanto que ya no cabían en la historia.
Fernando Alves: Pero ese nudo en el estómago es solo un hacer de
cuenta, es solo imaginación o se deshace con recetas médicas?
Manuela Crespo: Es solo
imaginación. Pura fantasía. Como, por ejemplo, la historia que también tengo
sobre el autismo. Tuve alguna preocupación en hablar sobre algunas enfermedades
que los niños conocen, por ejemplo, de la escuela…de otros niños y que talvez
no comprenden. Intenté explicar de una forma poética y fantasiosa lo que era el
autismo.
Aquí yo inventé un niño
que es Ricardo, que tenía pajaritos dentro de la cabeza y no conseguía mirar el
mundo exterior, porque siempre estaba escuchando a los pajaritos e se encantaba
con ellos, por eso su atención estaba toda volcada hacia adentro. Por eso, ese
niño no conseguía comunicarse con los otros niños, ni jugar con ellos porque
estaba siempre mirando hacia adentro. Su hermano que quería ser médico cuando
fuese grande, un día resolvió investigar
lo que pasaba con su hermano y decidió acechar por sus ojos (porque los
ojos son las ventanas de nuestra alma) y vio que él tenía pajaritos dentro de
la cabeza. Entonces pidió a un doctor ya muy conocido que ayudase a liberar a
su hermano de su enfermedad.
Fernando Alves: Pero en ningún momento la autora Manuela Crespo,
usa los procedimientos o las soluciones que la médica adoptaría para aquella
enfermedad.
Manuela Crespo: A
veces…esto es un poco más solo para que los niños se habitúen al contacto con
el mundo de las enfermedades. No es un libro sobre enfermedades. Yo no tengo
historias así sobre enfermedades, pero tengo…unas…unas 7 o 8 que hablan de
problemas de salud, con los cuales los niños ya tuvieron contacto, incluso
talvez sin dar-se cuenta, ni pensar en ellos, pero cuando leen estas historias
vuelven a pensar en ellos.
Fernando Alves: Hay dolores de cabeza?
Manuela Crespo: No me
acuerdo…creo que no…creo que dolores de cabeza no. Tengo más niños con
problemas…tengo una historia con defecto de memoria. Es una niña que se olvida
y cuya madre también se olvida. La madre se olvida de ir a buscar a la niña a
la escuela y la niña olvida el bulto y regresa a casa a buscarlo, por lo tanto
es un homenaje a los enfermos de Alzheimer que tienen defecto de memoria.
Existen algunas historias con las comidas, pues todos los niños tienen
problemas con la alimentación, cierto?...y niños que no quieren comer…y que
tienen una serie de problemas, pero por acaso creo que con dolores de cabeza
no…
Fernando Alves: Manuela Crespo defiende que los libros infantiles
deben tener un mensaje, pero que ese no tiene que ser moralista.
Manuela Crespo: De
ninguna forma. Yo creo que la parte placentera de los libros es fundamental y
si al mismo tiempo podemos transmitir algún mensaje, muy bien. Pero yo
sinceramente…lo que me movió a escribir los libros fue el placer de hacerlo.
Tuve un gran placer al escribir e ilustrar esos libros. Fue una…una aventura
para mí. Fue una cosa nueva…un reto…y fue fantástico.
Después de una
determinada fase comencé a preocuparme por transmitir algún mensaje a los niños
y por hacer este puente con la medicina. Tengo muchas historias escritas que no
están publicadas, porque no tengo tiempo para ilustrarlas, porque yo escribo
historias muy rápido pero llevo meses para ilustrarlas.
Por tanto tengo muchas
historias escritas no ilustradas…total…tengo más una o dos que están publicadas
e ilustradas, pero no…aun no las compartí para su publicación. También tengo
una historia escrita sobre una alegoría del cuerpo humano que sería un edificio
en que…(volvemos nuevamente a la neurología)…en que, por ejemplo, el ascensor
es la columna vertebral con su médula, los carros serían los nervios que nos
permiten mover las piernas y los brazos, después ellos tienen dos ventanas allá
arriba muy grandes que son los ojos que permiten el registro de las imágenes y
pues por ahí todo puede suceder. Tenemos un salón lleno de personas que hablan,
otro lleno de personas que perciben, otro que guarda la información y así por
ahí adelante…
Fernando Alves: Por ahí adelante porque es una mina sin límites.
Tomamos el libro más reciente de Manuela Crespo el “O Imaginão”.
Manuela Crespo: Este
libro es una historia sobre la amistad. Es un tema que siempre me preocupó
mucho y que en la época en que lo escribí ese tema me obcecaba. Es sobre un
niño que tiene mucha imaginación y que consigue que todo lo que imagina,
suceda. Él vive rodeado de reyes malos que quieren robarle aquello que él
tiene, que son su imaginación y su creatividad que ellos no consiguen tener.
Este rey niño tiene una
gran amiga que es una ovejita que vive con él en un cuadradito de tierra.
Los dos son muy felices,
se pasan el tiempo imaginando cosas, tales como piscinas y todo lo que sea
bueno. Un día él se puso a visionar esas cosas con los otros reyes alrededor de
ellos. Estos reyes se llenaron de envidia y decidieron robarle la oveja.
Entonces el niño recorre el mundo en busca de su amiga oveja (recorre el mundo
incluye el Universo), pasa por el Universo, se vuelve amigo de las estrellas,
que lo ayudan en su búsqueda (y al mismo tiempo aprovechamos para enseñar a los
niños que las estrellas siempre han guiado al Hombre). Finalmente consigue
llegar, con la ayuda de varios elementos que aparecen en la historia (casi
siempre animales), consigue llegar y descubrir que su oveja está mezclada con
todas las otras ovejas del mundo, para no ser encontrada.
Pero, con los ojos del
corazón, él descubre su oveja y quedan felices otra vez. Y los reyes malos, que intentaron castigarlo,
después de descargarle una serie de plagas y…terminan por percibir que lo más
importante no es la creatividad, pero si la amistad. La amistad es lo que
cuenta y terminan por adoptar un patrón de vida más saludable. Esta historia
tiene un mensaje para los niños que es enseñarles que la amistad es lo más
importante y que ni todo lo que brilla es oro.
Fernando Alves: Ahora Manuela Crespo lee uno de
los textos del libro “Abecedário dos Nomes”: “História Sem Pés Nem Cabeça”.
Manuela
Crespo: “ Ana”
“Ana era un poquito
distraída, siempre tenía la cabeza en otro lugar. Era lo que normalmente se
dice una verdadera cabeza de viento. Olvidaba todo, porque nunca pensaba en lo
que estaba haciendo. Andaba siempre en la luna. Y lo peor de todo es que la
misma Ana no se acordaba que se olvidaba. La madre que era tan olvidadiza como
la hija la llenaba de papelitos con mensajitos escritos, pero Ano los perdía
enseguida. Un día Ana se fue a la escuela, pero olvidó el bulto y quedó
castigada; tuvo que escribir 500 veces “no puedo olvidar el bulto”. Estaba tan
entretenida que se le olvido volver a la casa. La madre quedó afligida, pero
después se acordó de cómo su hija era olvidadiza, olvidó su preocupación y fue
a buscarla a la escuela. En el camino de regreso a casa la madre se olvidó de
reprender a Ana. La verdad es que ella también ya se había olvidado que ella
también era olvidadiza.
Fernando Alves: Nosotros no olvidaremos esta historia, pues no, Pepa?
Transcripción y
Traducción: Lúcia
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